Una diseminación de células cancerosas reflejó el operativo con el cual amanecimos el jueves pasado. Por eso le llamaron “Metástasis”; una podredumbre incalculable, había topado a las fibras íntimas de una parte de la justicia ecuatoriana, al quedar demostrada la vinculación con el narcotráfico. Reventó lo que era un secreto a voces: graves indicios de apoyo de jueces, del aparato militar, la policía, fuerzas políticas, y algunos de la sociedad civil, forman parte de una estructura de delincuencia organizada.
Wilman Terán, el extraño del Consejo de la Judicatura, el dios Brahma como el mismo, en un ataque de histrionismo patológico se calificó, era la cabeza más visible y mediática que junto a varios delincuentes contumaces como los alias: “Yankee, estimado Larry, Novita, globalpax, momia-R, puma, CR7, May, Doble rueda”, etc, y de algunos más, fueron detenidos. Un operativo de película en el cual se notó un inmenso trabajo de la fiscalía general, la policía, y la de un juez probo como el Dr. Felipe Córdova Ochoa, que es con unos algunos jueces más, un lote aparte comparado con los que militan para fomentar la impunidad.
Lo ocurrido, muestra que en el Ecuador desde hace mucho tiempo la delincuencia organizada ha sentado sus raíces, y con esto se ha generado todo lo necesario para calificar al país como de una escasísima seguridad jurídica, y un altísimo riesgo, ahuyentando a la inversión nacional y extranjera.
Wilman Terán y su frialdad para enfrentar el caso, demuestra sus rasgos de indiferencia total para con la sociedad, para lo que requiere la convivencia basada en los elementos de buena fe, el rompimiento profundo del pacto social, ingrediente básico para la confianza entre el Estado y los seres humanos. Hemos visto de cuerpo entero a la desfachatez, a la sinvergüencería, al quemeimportismo, a un perfil sicológico de un villano a la espera de ser liberado pronto, o rescatado por sus compinches.
Mientras más se aceleran las diatribas en contra de Diana Salazar, la fiscal demuestra que no le teme a nada, ni a nadie. Con tantas barbaridades que han ocurrido en este país, cada caso se vuelve más emblemático que otro. La Asamblea Nacional (AN) con Pamela Aguirre a la cabeza en la comisión de fiscalización ha ido archivando los juicios políticos pendientes por descarte, con las argumentaciones más banales, y algunas, de hecho, consensuadas, para llegar al proceso de juicio con la Fiscal, y así lograr el objetivo de al menos humillarla e intentar destituirla, porque tal parece que los votos no existirán en el pleno de la AN.
La gente de bien en el país, ya sabe con certeza quienes son los enemigos públicos, que han logrado estropear la tranquilidad del paraíso de paz que era nuestra tierra. Vendrán días complejos. (O)