En Ecuador, cada día, 7 niñas menores de 12 años dan a luz. Paralelamente, en los hogares y escuelas, los adultos aún se ruborizan al nombrar los genitales e incluso les ponen sobrenombres que confunden y refuerzan el tabú. Evidentemente, tenemos una gran deuda con la educación y esta deuda es aún más fuerte cuando se trata de sexualidad.
La Educación Integral de la Sexualidad (EIS) es un proceso de enseñanza y aprendizaje, guiado en un currículo, que trabaja las dimensiones cognitivas, emocionales, físicas y sociales de la sexualidad. La meta final de la EIS es proveer habilidades, conocimientos y actitudes para que las personas (desde edades tempranas) puedan tomar decisiones acertadas y disfrutar de una vida digna.
Las escuelas están llamadas a constituirse en espacios seguros donde los estudiantes puedan recibir información actual, sin prejuicios y con base científica, para ejercer libre y responsablemente su sexualidad. (O)