Violencia en instituciones educativas, un tema que necesita acciones en Cuenca

Con pancartas, consignas y pedidos arribaron ayer al menos unos cincuenta padres y madres hasta la Unidad Educativa Luis Cordero, en donde, esta semana, un alumno fue agredido por otros tres estudiantes dentro del aula.  

La agresión brutal quedó registrada en un video que filmó un estudiante. La grabación se hizo eco en las redes sociales, la mañana del 20 de diciembre, y enseguida llegó hasta las familias y autoridades educativas.

Hasta la noche de anteayer, los representantes de los estudiantes de la Luis Cordero no tuvieron respuesta por parte de la institución, por lo que se convocaron para reunirse y exigir acciones concretas, como la separación de los agresores y brindar ayuda al adolescente que recibió los golpes por parte de sus compañeros.  

“Estamos aquí para solidarizarnos y apoyar al estudiante que fue agredido. Puede ser mi hijo, puede ser el hijo de cualquiera de nosotros, y esto no puede darse. Pedidos respuestas, queremos acciones ejemplares de las autoridades”, dijo Sebastián Jiménez, padre de familia de la Luis Cordero.

Tras una hora de solicitudes, los padres fueron recibidos por representantes del Ministerio de Educación y por las autoridades de la institución para escuchar los protocolos que empezaron a aplicarse una vez que se supo que la agresión había ocurrido dentro de la Unidad Educativa Luis Cordero.

¿Qué acciones se tomaron?

En primera instancia, explicó a El Mercurio Juan Pablo Parra, coordinador de la zona 6 del Ministerio de Educación, los estudiantes, tanto los agresores como el agredido, fueron separados de la institución mientras se realizan las investigaciones del caso.

Según Parra, la separación se dio para precautelar su integridad y derechos. En el tiempo que duren las averiguaciones, los estudiantes tendrán tareas dirigidas.

Con las investigaciones se determinará si los involucrados en el caso deberán ser expulsados o cambiados de institución educativa, y si hubo algún tipo de omisión por parte de los docentes o autoridades de la Luis Cordero.

Hasta entonces, el caso llegó al Consejo Cantonal de Protección de Derechos. Su secretario, Sebastián Calderón, dijo a El Mercurio que las Juntas Cantonales de Derechos han dictado medidas de protección para el estudiante agredido.

Las medidas constan: prohibición a los agresores de acercarse al estudiante, emisión de una boleta de auxilio y una intervención integral.  

Hechos que no son aislados

El video de la agresión que circuló por las redes sociales exhibió una realidad que se vive desde hace muchos años en las instituciones educativas de Cuenca: la violencia entre pares dentro de las aulas.

Peleas, agresiones, bullying son algunas de las situaciones que se han registrado en las escuelas y colegios de la ciudad y del cantón.

“Sí hemos identificado algunos casos de violencia de las unidades educativas. Nosotros tenemos un programa de sensibilización de violencia en los espacios educativos, en donde identificamos que existe violencia en el espacio educativo, así como se identificó que hay violencia en las familias de los niños, niñas y adolescentes”, dijo Sebastián Calderón.

Entre los principales problemas para el coordinador de la zona 6 del Ministerio de Educación, cuando se trata de violencia entre pares, es la falta de denuncia, así como la aplicación errada, por parte de la comunidad educativa, del protocolo de cómo tratar esos casos.

“El problema fundamental está en la falta de denuncias. Dicen que todos saben que pasa eso, pero necesitamos saber qué persona, contra quiénes. Se necesitan algunos elementos para poder generar una actuación debida y correcta. Acordémonos que estamos hablando de niñas, niños y adolescentes”, explicó Juan Pablo Parra.

Ante esta realidad, según el coordinador, se está trabajando en un proceso de fortalecimiento de autoridades educativas para saber cómo actuar ante la violencia entre pares, de que los padres no solo conozcan los derechos de los estudiantes, sino también sus obligaciones.

Y precisamente aquello es lo que buscan las familias de la Luis Cordero: que los estudiantes involucrados en la agresión sepan sus derechos y obligaciones en un hecho que ha mostrado que la violencia no solo está en las calles, sino también en el espacio que se supone que se usa para formarse. (I)

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