Lisandro Meza, uno de los máximos exponentes de la música colombiana, falleció a los 86 años, a raíz de un accidente cerebrovascular que se sumó a sus dificultades con la presión arterial y complicaciones renales. El artista estaba internado en la Clínica La Concepción de Sincelejo, capital de su natal Sucre, desde el 6 de diciembre.
“La Concepción lamenta informar el sensible fallecimiento del maestro Lisandro Meza Márquez, juglar de la música sabanera, la cumbia, el porro, el vallenato y divulgador de la música colombiana ante el mundo, y expresa sus sentidas condolencias a la familia y admiradores por la irreparable pérdida (…) Su legado musical permanecerá ligado a nuestra cultura, haciendo honor a su trayectoria y aporte a la difusión de las raíces costumbristas”, se lee en el comunicado firmado por Guillermo Ruiz, gerente del centro médico.
Meza nació en el municipio de Los Palmitos, a un cuarto de hora de Sincelejo, en 1937. Su destreza musical salió a flote en la década de los cincuenta, cuando sus composiciones se hicieron populares en la región Caribe del país, mientras amenizaba fiestas en la finca de su padre, don Raymundo. Aunque apenas superaba la mayoría de edad, Lisandro Meza no sólo tenía la capacidad y talento para tocar el acordeón, también destacaba con instrumentos de otras familias como el piano y la guitarra.
En 1965 se unió como acordeonista a Los Corraleros de Majagual, en la que trabajó con Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa, dos de los más grandes compositores y cantantes del género vallenato. La agrupación se separaría una década más tarde debido al éxito individual de sus integrantes, siendo Meza el ejemplo más claro de este fenómeno.
La versatilidad musical de Meza —compuso porros, cumbias y vallenatos— le facilitó grabar más de un centenar de álbumes y superar las fronteras del mercado nacional, llegando a ser reproducido en emisoras de Perú, México, Bolivia y Paraguay. Sus composiciones, además, sirvieron para toda una generación de artistas vallenatos. (I)
