Retorné a los 15 años al estadio de la Casa Blanca, bautizada posteriormente con el nombre del emblemático dirigente de Liga Deportiva Universitaria -LDU-, Rodrigo Paz Delgado, ubicado en el norte de Quito. Y fue cuando este equipo llegó a la final con el Fluminense, en su primer choque que ganó 4-2, más tarde coronándose Campeón al imponerse en penaltis en Río de Janeiro, luego de perder 3-1. Así es como el Ecuador entró a la historia de los países con clubes campeones del máximo torneo de fútbol en Suramérica.
Ahora, por coincidencias de la vida, mi estadía en la Capital coincidió con la final del Campeonato Nacional, y no podía perder la oportunidad de ver el encuentro. Sin ser especialista, sólo un observador corriente y amante del balompié, disfruté a más no poder del primer tiempo, en donde la entrega de los equipos fue ambiciosa: jugadas de ida y vuelta y con sendos goles. El segundo, con más decisión y armonía de conjunto del Independiente, no obstante, el sino de los penales dio el título a LDU, que acumuló la docena de coronas.
Más allá de lo que comentan los doctos del fútbol, les cuento que a mí también me apasionó este deporte, inicialmente fui hincha de Emelec hasta la navidad del Deportivo Cuenca. Admiraba la habilidad de los jugadores y el amor por la camiseta allende del dinero, hasta cuando entró de lleno el negocio sucio que me importuné hasta la náusea, porque se empezó a manipular y tergiversar una pasión honesta del ser humano, llegando, como en la política o la religión, a abrir fosos de resentimientos y enconos.
Por este acontecimiento quiero resaltar al boyante heredero de don Rodrigo Paz, doctor Isaac Álvarez Granda, un médico egresado de la Universidad de Cuenca, quién tiene por virtud la humildad, es decir, no presumir sabiendo lo grande que es. Jamás renegó del lugar de su origen, el pueblito de Ludo, parroquia del cantón Sígsig, de no más de dos manzanas de calles. Isaac es de una generosidad sin parangón, pues da en silencio sin esperanza de elogios o recompensas.
Sus compañeros de la promoción de la Facultad de Medicina 1984, entre ellos Cecilia Álvarez, Marcia Altamirano, Ma. Elena Alvarado, desde el cielo Víctor Arévalo, Irene Arizaga, Jorge Ayala, Fabian Barros, Melba Bravo, Fausto Bermeo, Patricia Cordero, Carmita Calderón y 170 más, se congratulan por sus logros en las dirigencias empresarial y deportiva. (O)