De acuerdo a la Asociación de Municipalidades del Ecuador, el Gobierno adeuda a estas instituciones más de mil millones de dólares desde septiembre de 2023.
En tales condiciones les es imposible a los alcaldes invertir en obras, ni siquiera pagar sueldos, la décima tercera remuneración, a su personal.
Días atrás, el Gobierno logró suspender la protesta prevista para el 15 de enero próximo. El Ministerio de Finanzas ofreció cancelar las transferencias correspondientes a octubre a los municipios más pequeños. Estos constituyen el 85 % y son los más necesitados.
También podrán realizar un canje de deuda con el Banco de Desarrollo por USD 400 millones.
Las transferencias se igualarán de acuerdo a como entren recursos a la caja fiscal, cuyo “hueco” rebasa los 4 USD mil millones, y para 2024 se prevén menos ingresos, pero se rezagan deudas a otras entidades como los GAD Provinciales, al IESS, al Issfa, más las obligaciones crediticias con los multilaterales.
Sin duda un panorama sombrío, en medio del cual, alcaldes y prefectos deben lidiar con las demandas ciudadanas, mucho más ahora con las primeras secuelas del invierno, cuya intensidad aún está por verse.
Las primeras precipitaciones ya causan alertas, con mayor impacto en las vías.
Las crecientes de ríos y quebradas son impredecibles y causan daños cuantiosos. Acaba de ocurrir en Cuenca, donde un socavón de grandes dimensiones en la vía Monay-Baguanchi-Paccha dejó sin el servicio de agua potable a cinco mil personas.
Ya nos referimos a la vía Cuenca-Girón-Pasaje. Ojalá el MTOP haya tomado nota, si bien no habrá espacio en su agenda de tanto haberlo hecho desde hacía varias décadas.
La preocupación se ahonda. No es fácil encontrar salidas rápidas. Al contrario, se entrecruzan. Digámoslo: un Estado, financieramente casi en soletas; Municipios, GAD Provinciales, como otras entidades, impagos; acumulación de problemas, de justas demandas sociales y de eventos como los causados por el invierno.
