La Paz.- Las ofrendas blancas para la ‘Pachamama’ o Madre Tierra, la devoción a San Silvestre, el encendido de velas con formas de dragón que aluden al Año Nuevo Lunar o los baños de renacimiento son algunas de las tradiciones y rituales con las que muchos bolivianos recibirán el Año Nuevo 2024.
Este sincretismo entre la religiosidad, la ritualidad ancestral y la creciente presencia de tradiciones asiáticas se hace patente en el patrimonial Mercado de las Brujas de La Paz.
El mercado está en las calles Linares, Jiménez, Santa Cruz e Illampu, en el populoso barrio paceño de El Rosario, con tiendas y quioscos callejeros en los que a diario se venden hierbas medicinales, flores, ungüentos, amuletos, remedios caseros, brebajes exóticos y velas.
También están los elementos para las ofrendas a la ‘Pachamama’, incluidos los dulces y los ‘sullus’ o fetos de llama disecados que se exhiben en las puertas de algunos negocios colgados en cordeles.
Las encargadas de las ventas en el mercado son mujeres en su mayoría y popularmente se les conoce como ‘chifleras’.
Año del dragón
Una de las tiendas pertenece a la experta esotérica Zulma Acarapi, quien explicó a EFE que en el país se espera el Año Nuevo «con mucha fe» y se piden bendiciones, por ejemplo, con el encendido de doce velas de colores dedicadas a San Silvestre, a propósito de la festividad que se celebra el último día del año.
Cada vela tiene un color y un significado: la blanca es para pedir por la salud, la roja es para el amor, la verde es para el dinero y la dorada es para la prosperidad.
La tradición asiática encontró un lugar en el mercado, ya que también se venden velas en forma de pirámide para pedir que en el Año Nuevo Lunar «el dragón nos dé fuerza, energía y coraje», dijo Acarapi.
«Es un signo del horóscopo chino el dragón, pero a la vez nos protege. Como bota fuego, tiene que botar todo lo malo, la mala energía, tiene que protegernos. Y nos alza mucho porque es fuerte este animal y nos da fuerza y coraje», agregó la mujer, de origen aimara.
Otras velas tienen formas de dragón, o de manos sosteniendo dinero, y también están las hechas de miel que son para la abundancia.
La gente también busca los llamados baños dulces de florecimiento, cuyos elementos ya vienen preparados en unas cajas e incluyen flores, raíces, esencias de sándalo y canela.
Según Acarapi, el cuerpo debe estar limpio antes de tomar este baño que es «para que se abran caminos, se vaya todo lo malo y se queden en el 2023 todas las malas energías».
Tradiciones ancestrales
Las ofrendas para la Madre Tierra se pueden entregar en cualquier momento del año, pero hay festividades en las que son más requeridas, como el carnaval, el mes de agosto, dedicado a la ‘Pachamama’ y también Año Nuevo.
Acarapi explicó que para Año Nuevo la ofrenda «tiene que ser blanca para que el nuevo año tenga mucha paz, tranquilidad, armonía, que no haya enfermedades, ni ninguna clase de maldad».
Las ofrendas contienen dulces de distintas formas y los ‘misterios’, unas pequeñas tablas de azúcar con diversas imágenes en las que se cree que sale la suerte de quien hace el ofrecimiento, y algunas llevan ‘sullus’.
También incluyen la ‘wira k’oa’, una planta medicinal que crece en el Altiplano y es considerada sagrada en la tradición andina, además del incienso, el copal o resinas aromáticas vegetales y la grasa de llama, explicó a EFE Grace, vendedora e hija de la experimentada ‘chiflera’ Margarita Quispe.
El coste de una ofrenda varía según el tamaño y las más pequeñas cuestan 50 bolivianos (unos 7 dólares).
Sobre un trozo de papel se coloca primero la ‘wira k’oa’ rodeada por lanas que en este caso deben ser blancas, luego se acomodan los dulces y ‘misterios’, el incienso y la grasa de llama.
Cuando la ofrenda ya está armada, se la debe ‘ch’allar’ o bendecir con alcoholes que pueden ser vino o destilados de uva, para luego colocarla al fuego.
Los elementos ofrecidos deben quedar reducidos a cenizas que, una vez enfriadas, se entierran o se guardan en una caja.
Las ofrendas para este Año Nuevo pueden entregarse el 31 de diciembre antes del anochecer, o el primer viernes de enero.
En la Nochevieja, los bolivianos también acostumbran a usar ropa interior de color rojo para atraer el amor o amarillo para el dinero, comer doce uvas, guardar lentejas en los bolsillos para la abundancia, entre otras cábalas. EFE