Pekín.- Al menos 151 personas han muerto tras el terremoto de magnitud 6,2 que sacudió las provincias de Gansu y Qinghai, en el noroeste de China, el pasado 18 de diciembre, informaron este domingo medios estatales.
El Gobierno de Qinghai informó en las últimas horas de que la cifra de víctimas en la provincia había aumentado hasta los 34 tras encontrar sin vida a las dos personas que permanecían desaparecidas, indicó hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.
Mientras, la cifra oficial de personas en Gansu que perdieron la vida se mantiene en 117, como consecuencia del seísmo, que se produjo un minuto antes de la medianoche del 18 de diciembre, hora local (15.59 GMT), en la frontera entre las dos citadas provincias.
El epicentro del terremoto se situó a una profundidad de 10 kilómetros, lo que amplificó su impacto destructivo, según los expertos.
Además, muchas de las viviendas afectadas eran antiguas y construidas con materiales de baja resistencia sísmica.
El terremoto causó graves daños en la infraestructura de la zona, y afectó a más de 200.000 hogares que resultaron destruidos y otros 15.000 que quedaron al borde del derrumbe según las autoridades.
Se trató del movimiento telúrico más mortífero en China desde el sucedido en agosto de 2014 en la provincia meridional de Yunnan, que causó 617 fallecidos, pero muy lejos del sufrido en 2008 en la provincia de Sichuan, que ocasionó al menos 70.000 muertos. EFE