Piqueos de año nuevo
-Por fin se hicieron públicas las esperadas preguntas de la próxima Consulta Popular. Les confieso que me hallaba muy entusiasmado por conocerlas y apoyarlas, de ser el caso, pero, lamentablemente, y salvo tres o cuatro de ellas, el resto como que no tienen mayor razón de ser o, dicho de otra manera, su aprobación o reprobación, parece que no tendría ninguna incidencia en mejorar el tema de la seguridad en el país, que es lo que, en definitiva, le importa a la gran mayoría del electorado. Creo saludable y oportuno que el Presidente Noboa haga caso de algunas sugerencias que le darían mayor relevancia a los temas consultados y, sobre todo, provocarían cambios sostenibles en la destartalada infraestructura institucional. ¡Ah, y que no se olvide de borrar lo de los casinos!
-Los chats de la telenovela “Metástasis” continúan concitando la atención del público. Leer y escuchar cómo se tratan entre el finado Norero y el Danielito Salcedo, o entre Norero y el Jordán, como planean el hacerse del control de las instituciones estatales, como determinan los pasos a seguir para controlar a los jueces y autoridades, como hablan de inmiscuirse en la política para lograr que las autoridades electas se encuentren bajo su mando. Nos han hecho saber que un ex asambleísta correísta constituía “su” nexo para ciertas decisiones de la Asamblea y que hasta tenía su propio “Alias” dentro de la organización. Y que le gusta que le tomen fotos en piscinas.
-Y Glas, cuando no. Aquel de “por sus frutos…”, que si algún mérito tiene es el de ser tenaz en su defensa y utilizando las buenas y las males artes, volvió a intentar echar abajo, por enésima vez, la instalación de la audiencia para la formulación de cargos por la acusación del delito de peculado en las obras de la reconstrucción de Manabí, esta vez, recusando la actuación del juez nacional Rivera. Parece ser que el juez no le dio gusto y de todas maneras instaló la audiencia. Ojalá que este nuevo proceso, en donde Glas vuelve a ser el protagonista, sea llevado en apego a la ley y un nuevo baldón “adorne” la ya florida frente del lugarteniente de una conocida banda. (O)