Me sentí gratificado por las recientes fiestas en donde la toma y daca de regalos, otrora exponente más representativo del comercio y el consumo, fue reemplazado por los saludos en los encuentros familiares y por las redes sociales; empero, algunos de la vieja guardia conservaban tradición de dar un libro por Navidad. Desde Guayaquil un ex catedrático universitario, exitoso empresario, ilustrado ciudadano y de genes compartidos con quien escribe, me envió “La historia definitiva de El Club Bilderberg”. Como el donante manejó eficientemente la Empresa Eléctrica, Centro Sur, ahora escandalizado por el nepotismo y la corrupción, consigno mi reconocimiento a su generosidad recordándole que la gratitud es una cualidad similar a la electricidad: debe producirse, descargarse y agotarse para existir.
Al ir por la lectura del obsequio me vino a memoria grandes y arriesgados periodistas investigadores de aquí, allá y acullá. Mi tributo a Fernando Villavicencio, asesinado por los suburbios del poder criollo, quienes temían se los haga justicia y que el país retome los senderos del progreso, el desarrollo, la paz, la libertad y la justicia. También a los periodistas investigadores de América como el chileno Camilo Taufic, autor de “Periodismo y Lucha de Clases”, en donde destruye el mito de la inocencia de la información y arremete contra el sistema capitalista y neoliberal. Y al polaco Ryszard Kapuscinski, candidatizado a Premio Nobel de Literatura, por la belleza de su lenguaje y la profundidad de sus reportajes, plasmados en libros tales como “Los cínicos no sirven para este oficio” y “Un día más con vida”.
Y ahora, por lo que vine: La obra regalada es escrita por el lituano Daniel Estulin, cuyo título debe su nombre al hotel holandés donde se viene celebrando reuniones permanentes del Club Bilderberg desde 1954, con un pacto de silencio. Sus integrantes son magnates de la política, de la banca, presidentes de multinacionales, productores de petróleo, multimillonarios en trillones de dólares y presidido por el francés Henri de Castries. Arriesgando su vida, Daniel Estulin ha conseguido lo que hasta ahora nadie más ha logrado: averiguar qué se dicen en estas reuniones, más secretas que las elecciones del Vaticano y convertidas en un suburbio del poder. Tres abordajes del texto: El Club Bilderberg: los másteres del universo, el Concejo de Relaciones Exteriores y la conspiración de los Rockefeller, con evidencias fotográficas. Son investigaciones deslumbrantes, que después de su lectura puede inferirse el futuro económico y político del planeta. (O)