Cuenca y el Austro ya perdieron la paz de antaño; los delincuentes aprovechan la oscuridad para realizar su trabajo: con armas, a atacar y robar a las personas y sus pertenencias. En la carretera que une a Cuenca con Guayaquil se ha tornado imposible el tránsito nocturno: peligro en Migüir, en Tres Cruces, en el km. 26; desde el aeropuerto de Guayaquil hay seguimiento a los viajeros, que continúan a Cuenca, con su equipaje. Se convierte en una necesidad imperiosa una convocatoria permanente al Ministerio de Gobierno, a las Gobernaciones, a la Policía para la protección de los ciudadanos; hoy, con Estafo de Guerra, la ciudadanía se siente más protegida que con el Estado de Excepción.
Las carreteras entre Azuay y Guayas requieren de asistencia permanente: es emergente la instalación de controles de Policía, cada cierto trecho, a que realicen el resguardo constante de los viajeros. Es hora de exigir atención a las autoridades, puesto que no es admisible que a Cuenca se le denomine “Ciudad Patrimonio del Crimen”, como reza un video en circulación.
¡Cuenca se encuentra en peligro! Las zonas de mercados, la Chola Cuencana, la Av. Huaynacápac se han tornado en sitios de alta peligrosidad. La Alcaldía y la Gobernación deberán actuar inmediatamente, para evitar que la ciudad se caotice. ¡Es hora de volver a tener una ciudad en paz, con vías y carreteras que ofrezcan seguridad por me de una Policía en acción permanente! (O)