París.- Los desfiles de Alta Costura de París comienzan mañana lunes a mostrar las colecciones para mujer del próximo verano, con treinta desfiles en el programa oficial, entre ellos el de Juana Martín, la única firma española presente.
Después de la semana de desfiles de moda masculina que se clausura este domingo, y que ha mostrado las propuestas de más de setenta firmas para el otoño-invierno 2024/25, llega el turno de una cita más exclusiva.
Schiaparelli, de la mano de su director creativo Daniel Roseberry, será de nuevo la casa encargada de abrir el calendario, que cerrará el jueves.
Como es habitual, muchos de los desfiles tendrán lugar espacios emblemáticos de la ciudad del Sena, como el Petit Palais o el Museo Rodin.
En estos cuatro días, los miembros oficiales de la Alta Costura, los invitados, desvelarán sus colecciones veraniegas más exclusivas.
En este último apartado, el de los miembros invitados, figura por cuarta vez la española Juana Martín, una asidua de las últimas ediciones de la costura parisina.
La cordobesa, que se inspiró en el universo del cubismo en su anterior colección, seguirá apostando por tejidos de la mayor calidad, como la seda organza o el tafetán.
Chanel y Dior, dos de las referencias en el universo del lujo, volverán a acaparar la mayor atención, como es costumbre. Dos casas en cuya dirección artística figuran dos mujeres. En la primera, Maria Grazia Chiuri, desde 2016; y en la segunda, Virginie Viard, quien sustituyó al recordado Karl Lagerfeld.
Giorgio Armani -con su línea Privé-, Valentino y Giambattista Valli son los tres grandes embajadores italianos del calendario parisino.
Franck Sorbier, Stéphane Rolland, Alexandre Vauthier y Julien Fournié son otros de los clásicos en la Alta Costura, cita a la que siguen siendo también fieles los libaneses Elie Saab y Zuhair Murad, así como el dúo neerlandés Viktor & Rolf.
Paradójicamente, fue un inglés, Charles-Frederick Worth, quien inventó la alta costura en París. Corría 1858 y presentaba su propia colección, además y por vez primera, sobre maniquíes de carne y hueso.
A partir de ahí, surgiría el oficio de ‘couturier’, regulado con estrictas normas por la Cámara Sindical de la Costura, y que todavía perdura.
Aunque la venta de este tipo de propuestas es muy reducida, por su escasa demanda, debida principalmente a su elevado precio y tiempo de creación, la Alta Costura se revela como un laboratorio de ideas para las grandes marcas.
Es una forma de mostrar hasta dónde son capaces de llegar en la concepción y elaboración de una colección de excepción, y sobre todo permite aumentar las ventas de otros productos, como moda ‘prêt-à-porter’, accesorios, cosmética o perfumería.
Aparte de los desfiles, estos días hay otras citas unidas a la moda de mayor lujo, como las de alta joyería, como la casa Chaumet, creada en 1780.
Proveedora del imperio napoleónico y famosa por sus tiaras, la ‘maison’ de la Place Vendôme aprovechará para presentar su nueva colección de alta joyería, “Un air de Chaumet”, así como a Charles Leung, su nuevo director general, que toma las riendas, en sustitución de Jean-Marc Mansvelt. EFE