Animalistas protestaron este lunes 22 de enero de 2024 en Sri Lanka para pedir la intervención de Naciones Unidas a la hora de proteger a los elefantes en la nación isleña, donde el año pasado fallecieron más de 450 paquidermos según los manifestantes.
«El año pasado murieron 478 elefantes salvajes a causa del conflicto entre humanos y elefantes en Sri Lanka. Este año ya han muerto 17», dijo a EFE el activista en favor de los derechos y miembro de la organización Protect Sri Lanka, Palitha Wickramarathne.
Además, unas 150 personas murieron en 2023 como consecuencia de encuentros con paquidermos, dijo, ya que éstos se adentran en los poblados en busca de comida.
El grupo de una docena de animalistas se manifestaron frente a la sede de la ONU en Colombo, donde llamaron al organismo internacional a movilizar apoyos y recursos para ayudar al Gobierno esrilanqués a resolver una crisis que ha ido en aumento en los últimos años debido a la pérdida del hábitat natural de los elefantes.
«Los esfuerzos colaborativos son cruciales para implementar una estrategia de conservación comprensiva, abordando la pérdida y fragmentación del hábitat, mitigando el conflicto entre humanos y la fauna e imponiendo nuevas leyes contra las verjas eléctricas ilegales», subrayaron hoy los activistas en una carta dirigida a la ONU.
Los activistas temen que disminuya hasta su extinción la población de elefantes salvajes en Sri Lanka, situada en 7.000 ejemplares según afirmó el Ministerio de Agricultura en 2022, frente a los 5.879 contabilizados en un censo de 2011.
Pese al aumento registrado en los últimos años, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) indica que los elefantes asiáticos se encuentran amenazados en Sri Lanka, habiéndose reducido su población casi un 65 % desde principios del siglo XIX.
Miles fueron fusilados a medida que se expandían los asentamientos humanos, mientras que hoy en día los principales motivos de muerte de paquidermos son los disparos o la electrocución, sobre todo en distritos de cultivo en el país son vistos como plagas que destruyen los cultivos.
La Junta de Electricidad de Ceilán (CEB) reportó la muerte de 50 elefantes salvajes por electrocución, y la semana pasada lanzó una campaña para pedir información sobre las verjas ilegales conectadas directamente al tendido eléctrico, mortales para paquidermos y humanos. EFE