Nuestra “Torre de Babel”

Jorge L. Durán F.

En el Ecuador como que queremos construir una Torre de Babel.

Al contrario, la tenemos. La levantada por la corrupción, por la “delincuencia organizada”, sobre todo por el narcotráfico, ese monstruo de mil cabezas, de caletas rebosantes de dinero, amén del que circula alegremente disfrazado, financiando y comprando todo.

Al contrario del relato bíblico, queremos destruir esa torre, declarando, incluso, el estado de guerra interno. Una guerra en la cual “no importa cómo empieza, sino cómo termina”.

Y en ella estamos. Los más, aprobándola; otros, reprobándola; oyendo a legistas cómo interpretan el decreto presidencial y hasta anticipan el qué dirán los legos de la Corte Constitucional; escuchando tantos “sesudos análisis” sobre si los detenidos por el Ejército y la Policía son mismo terroristas o no, si deben ser o no juzgados por este delito; si las organizaciones criminales son mismo terroristas o simples asociaciones de pobrecitos que, olvidados por el Estado, se han pervertido en el vientre de aquel monstruo internacional, tanto que matan a sangre fría, portan armas, y qué armas, encaletan y exportan por nuestras costas la droga cultivada y transformada en “polvo blanco” en Colombia y Perú. 

Así estamos. Hablando en un mismo idioma, pero sin entendernos. Unos, en el fondo diciendo “de una vez”, nada que “pobrecitos”, aprobando que militares y policías sean indultados si es que hacen uso letal de las armas “porque no hay guerra sin muertos”; otros, no, que se deben respetar los derechos humanos; que hay que tener cuidado con eso de calificarlos como terroristas; que si los uniformados tienen luz verde para tirar del gatillo “se les irá la mano”. Unos, sí, que se apruebe la ley de extinción de dominio; otros que no, o que sí, que no; es que, qué dirán los Fitos.

Y todos, o casi todos, convencidos de que la guerra interna no cuesta dinero o cuesta poco. ¡Desgracia redonda! en esta hora siniestra de la nación. Acorralados, encerrados por enemigos, más claro por criminales que han sentado franquicias internacionales de la misma laya, esa desgracia nos encuentra con un Estado en bancarrota.

Unos proponen alzar el IVA y que sea definitiva; otros, los saca conejos con solo esconder papeles, contraproponiendo para darle sólo ibuprofeno al enfermo que está en cuidados intensivos, pero del cual esperamos más subsidios, obra pública, que pague las deudas, y le exigimos que gane la guerra interna, o que no la gane también para tener fuelle en la próxima campaña.

Eso somos. Buscando a Fito, mientras otros Fitos se hacen un refrito con el destino del Ecuador. Ah, y querrán gobernarlo. ¡Qué estulticia!  (O)