El Ejército ecuatoriano en coordinación con la Policía Nacional decomisaron 21 toneladas de clorhidrato de cocaína. La sustancia ilícita estaba distribuida en 733 bultos. El hallazgo de la droga se produjo este domingo 21 de enero, en el sector de Estero Lagarto del cantón Vinces, provincia de Los Ríos. Hubo una persona detenida.
Además, los limitares localizaron 10 fusiles, tres pistolas, 14 alimentadoras de fusil, seis alimentadoras de pistola y 5.396 municiones de diferente calibre, que estaban ocultos en una plantación. Tambié, cuatro radios de comunicación.
El Ejército presume que el cargamento ilícito posiblemente tenía como destino los mercados de Asia, Europa y el centro y norte de América, utilizando embarcaciones y avionetas.
La institución militar detalla que esta operación representa un debilitamiento a la capacidad operativa, logística y financiera del narcotráfico a nivel mundial. Se estima que cada kilo del alcaloide tendría un costo de 50.000 dólares. Y que, el cargamento en su totalidad llegaría a tener un costo aproximado de más de 1000 millones de dólares en el mercado internacional.
De igual forma, se detalla que existió un seguimiento de seis meses para dar con el sitio donde se almacenaba la droga. De esta forma se dio el operativo que deja uno de los mayores decomisos de droga en el país.
Circunstancias de seguridad
El operativo se desarrolló mientras en Ecuador rige un estado de excepción, con toque de queda nocturno, así como la declaratoria de un “conflicto armado interno” contra los grupos de delincuencia organizada (GDO).
Hace dos semanas hubo una oleada de atentados y acciones violentas atribuidas a esos los grupos delictivos, que incluyeron el secuestro de policías, asesinatos, artefactos explosivos, vehículos incendiados, motines en cárceles con 200 rehenes (que luego fueron liberados) y la toma de un canal de televisión por parte 13 encapuchados armados, ahora detenidos.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha calificado a las bandas del crimen organizado como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales a ser neutralizados por las Fuerzas Armadas, que ahora están a cargo de la seguridad del país.
Esta crisis tomó fuerza con la fuga de la cárcel de Adolfo Macías, alias ‘Fito’, líder de la banda criminal Los Choneros. Fugó antes de ser trasladado y aislado en una cárcel de máxima seguridad. (I)