Danza Húngara

Alemania, resultó ser cuna de varios compositores trascendentales para el mundo artístico y a través de las generaciones musicales. En esta ocasión nos referiremos a la música clásica.

Johannes Brahms, nacido en 1833, en Hamburgo, Alemania, se dedicó a la música desde muy pequeño. Tuvo influencia del gran Ludwig Van Beethoven y compuso obras que sin duda han sido escuchadas por todos.

En el regazo de mamá, o en su brazo amoroso, habremos sentido la melodía de una canción de cuna bajo un “duerme ya, duerme ya, duerme ya pequeñito, duerme ya dulce bien, duerme ya dulce amor.” Y es que a veces nos quedamos con la permanencia de harmonías como algo popular, sin darnos cuenta de que una composición tan tierna pertenece a este compositor.

También vivió en Viena, en medio del Imperio Austrohúngaro (que en ese entonces lo conformaban: Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Bosnia y Herzegovina, parte Rumanía, Serbia, Polonia, Ucrania, Italia y la costa de Montenegro). De este tiempo, vienen veintiún composiciones alegres que se danzaban en medio de reuniones de la realeza con pasión y dedicación, y las mismas surgieron como creaciones para ser tocadas en piano a cuatro manos, es decir, dos intérpretes en el mismo piano.

Una de las más resonantes danzas es la Danza Húngara No. 5., la cual lleva misterio, cambios de ritmos, e imaginación. Primero, provoca una invitación a compartir el salón para danzar, luego propone que los pies se vuelvan ligeros y se dejen llevar, para después provocar una participación conjunta de todos los asistentes, darles un tiempo de pausa para presentarse y conocerse (cuando baja el ritmo). Permite que ese intermedio sea un espacio a modo de reflexión sobre lo que acaba de sonar, y la fantasía de danzar. Y para cerrar, concede un recordatorio de la obra, de toda la emoción que se vivió desde el principio hasta el final.

Brahms nos dejó también cuartetos de cuerda, conciertos y sinfonías, algunas con elementos corales, entre otras obras como Un Réquiem Alemán (en 1868). Lo invito a tomar un momento, y escuchar alguna de sus creaciones. O si desea, y mejor aún, a compartir y transmitir a sus hijos e hijas, o sus nietos y nietas, que esa canción de cuna que entona cuando los mece, la compuso Johannes Brahms, muchos años atrás. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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