Recapitulemos

La realidad que vivimos hoy es una secuela de lo que empezó en el 2006. Recapitulemos. Ese mismo año Correa recibe 400 mil USD de las FARC para su campaña. En el operativo Huracán Verde, del 2007, detienen a los hermanos Ostaiza, narcos ecuatorianos asociados al cartel de Sinaloa y las FARC. Planeaban enviar 3.8 toneladas de cocaína a México con permisos emitidos por Eduardo Larrea Cruz, director de la Aviación Civil. En el 2008, como gran cosa, Correa instaura la ciudadanía universal al no exigir visas a extranjeros, convirtiéndonos en guarida del hampa. Uno se sus acólitos, José Chauvín, era el encargado de cedular a guerrilleros colombianos en la frontera.

En el 2009 se clausura la Base norteamericana de Manta. Albaneses comienzan a llegar al país en el 2010 y fundan escuelas de sicarios para niños en Guayaquil. Asimismo, el cartel de Sinaloa extiende sus tentáculos a través del capitán del Ejército Telmo Castro, mientras el Chapo Guzmán establece varias empresas en el país. La reforma judicial realizada en el 2011, permite al correísmo nombrar a jueces que hacen reverencias al crimen organizado.

En el 2015 se construyen cárceles en Latacunga, Guayaquil y Cuenca. En el 2016 el Ministerio de Justicia da luz verde a que integrantes de bandas criminales se agrupen por pabellones. Este es el primer paso para que se concentren, organicen y finalmente tomen el control de las prisiones. Ese mismo año el Gobierno otorgó ilegalmente credenciales para que lanchas rápidas trazaran rutas marítimas, abriendo las puertas al narcotráfico. Uno de los beneficiados fue alias Gerald, el narcotraficante manabita detenido en Colombia y extraditado a EE.UU. en el 2017.

En el 2018, en la presidencia del “Caín” de Correa, Glas es enjuiciado y sentenciado al igual que el prófugo y varios exfuncionarios. En el 2019 intenta dar un golpe de Estado la facción del movimiento indígena aliada al correísmo junto a guerrillas urbanas.

En el 2021 se da la primera masacre carcelaria tras el asesinato de alias Rasquiña, el que hizo campaña por Arauz. El 2022 fue el año récord en capturas de cocaína y de la publicación de la foto de la narcopiscina. En el 2023 asesinan a Fernando Villavicencio quien denunció, heroicamente, sobre el alcance de las garras del crimen organizado vinculado al correísmo. Año 2024, la Fiscal, Diana Salazar, revela en el operativo “Metástasis” el evidente nexo entre narcos, correístas, políticos y el individuo de la boina.

Así fue como se instituyó la narcopolítica en el país. No fue casualidad. Fue un plan maquiavélico. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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