Historia de los hospitales de Cuenca

El 69 y 77 fueron años en los que Cuenca dio un salto sustancial, en cuanto a salud se refiere. Por un lado, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, el 3 de noviembre de 1969, inauguró su hospital en la avenida Huayna Cápac.

Un laboratorio, un gabinete dental, una lavandería, un área de recuperación y cuidados intensivos, y una zona para cirugías se entregó a Cuenca cuando cumplía 149 años de independencia. La apertura del hospital en la zona de la Huayna Cápac se celebró con bombos y platillos.

Diario El Mercurio recogió en sus páginas la apertura del hospital, el cual sustituyó a la Clínica del Seguro que funcionaba en lo que hoy conocemos como el Centro Histórico.

Con motivo de las fiestas, en el periódico se publicaron fotografías y felicitaciones por la apertura del hospital. Luego de 31 años sería sustituido por el la infraestructura que se levantó en la vía Cuenca-Azogues.

Un 3 de noviembre del 2000, el presidente Gustavo Noboa, junto son los ministros del estado y representantes del IESS, inauguraron el edificio que constituyó como la construcción más grande de Cuenca y del Austro.

En el terreno de 52 mil metros cuadrados se construyeron once plantas que fueron divididas en 28 bloques.

Vicente Corral Moscoso

Tras casi ocho años después de haberse abierto el hospital del IESS en la avenida Huayna Cápac, el 12 de abril de 1977 se inauguró el Hospital Vicente Corral Moscoso. Para que sea una realidad hubo un largo periplo, como recordó Jacinto Landívar en un extenso artículo publicado en el libro “Historias de la salud de Cuenca”.

Por ejemplo, se demoraron diez años en definir dónde tenía que construirse el hospital. Una vez que se definió que sería en la zona de El Paraíso, llegó otro problema: la realización de los planos. Los arquitectos no llegaban a un acuerdo respecto a la planta física, las especificaciones técnicas, las instalaciones eléctricas y sanitaria.

A pesar de todos los periplos, en noviembre de 1974, en primera instancia, se abrieron los servicios de consulta externa. Mientras en octubre de 1976, el contratista entregó el edificio para que el Instituto Ecuatoriano de Obras Sanitarias lo culminara.

Seis meses después, el 12 de abril del 77 se abrieron las puertas a todo el edificio que, según se escribió en El Mercurio, se debió, en gran parte al ministro de Salud de aquel entonces, el doctor Asdrúbal de la Torre.

Por el trabajo que cumplió de la Torre, tanto el Municipio de Cuenca como el Colegio de Médicos del Azuay le entregaron preseas de agradecimiento.

Con la inauguración del Hospital Vicente Corral Moscoso, se cerró el Hospital San Vicente de Paul, que funcionaba en la avenida 12 de Abril. El espacio se abrió el 28 de diciembre de 1872 y servía a la ciudad.

Sin embargo, hubo problemas con su funcionamiento. Su capacidad y las limitaciones que tenía hicieron que se solicitara y presionara para que el estado construya un nuevo espacio.

Una vez que llegó el Vicente Corral Moscoso, se cerró el San Vicente de Paul, y en 1982 empezó a convertirse en el Museo de la Medicina que se lo conoce hoy. Para ello se obtuvo recursos que sirvieron en la restauración del claustro y de la capilla.

Asimismo se obtuvieron donaciones de los bienes que alguna vez sirvieron en el mismo Hospital San Vicente de Paul, en el Hospital del IESS y el Hospital de Gualaceo.

Otros espacios dedicados a la salud

Además de los hospitales mencionados, en Cuenca, en el siglo XX, se habilitaron espacios que sirvieron y sirven para atender a los enfermos. Por ejemplo, en la década de los veinte se abrió el leprocromio de Mirafores, cuyo nombre es Mariano Abad Estrella.

En cambio, en 1945 empezó a funcionar el Hospital Militar, en la avenida 12 de Abril. Hoy en día es un espacio público atendido por médicos militares y civiles.

Por otro lado, el 9 de octubre de 1953 se inauguró el Hospital Sanatorio de LA Liga Ecuatoriana Antituberculosa (LEA). En el espacio se albergaban a pacientes para tratarlos de la tuberculosis. Tras 31 años de funcionamiento, en 1984, el Hospital de la LEA cerró sus puertas. 

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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