Paola Roldán, una mujer de 42 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), tuvo una larga lucha hasta lograr la legalización de la eutanasia en Ecuador.
Tras una lucha legal logró la histórica sentencia emitida este miércoles 7 de febrero de 2024 por la Corte Constitucional, que falló a favor de su demanda y reconoció su derecho para tener acceso a una muerte digna.
En su sentencia, el máximo tribunal de garantías de Ecuador no admitió la inconstitucionalidad del artículo 144 del código penal de Ecuador que castiga con penas de entre diez y trece años de cárcel a la «persona que mate a otra», como demanda Roldán, y aprobó su «constitucionalidad condicionada».
«He vivido una vida plena y sé que lo único que merezco es una muerte con dignidad«, explicó Roldán durante la audiencia de su caso, celebrada el 20 de noviembre de 2023.
Compareció a través de videconferencia desde su cama, en la que estuvo asistida por respiración artificial y cuidada a cada momento por su esposo.
Seis meses de espera
La sentencia salió casi seis meses después de que Roldán presentase la demanda ante la Corte Constitucional.
Un colectivo de abogados contrarios al aborto y a la eutanasia presentó una recusación contra dos de las juezas del tribunal que no prosperó.
Tras ese episodio, la semana pasada Roldán apremió a la Corte para que emitiera la resolución sobre su caso.
«Varias veces pensé que no lograría ver los frutos de esta demanda, como quien planta un árbol para que alguien más se siente bajo su sombra», escribió en redes sociales Roldán.
«Pero he sobrevivido y ahora quiero ver si por las venas de este país corre sangre de justicia y humanidad, o si seguimos en el retrógrado pensamiento que enaltece el sufrimiento», apostilló.
Más de tres años con ELA diagnosticado
Paola Roldán tiene 95 % de discapacidad debido a la ELA que le diagnosticaron hace tres años.
«Sólo puede mover los músculos de la cara, los ojos. El cerebro le funciona absolutamente perfecto, pero no tiene ninguna movilidad en ninguna parte del cuerpo», explicó en noviembre pasado a EFE Ramiro Ávila, uno de sus tres abogados.
Un día de agosto de 2020, Paola hacía yoga cuando uno de sus brazos colapsó y cayó al suelo; luego tuvo dificultades para manejar su mano y tomar objetos tan rutinarios para una madre como el biberón de su bebé.
Después caminaba con dificultad y los médicos en Ecuador le hablaban de exceso de actividad, ejercicio y estrés. En Estados Unidos le diagnosticaron la ELA.
Paola ha comprado 40 regalos para que le entreguen, año a año, a su hijo en los siguientes cumpleaños y en momentos especiales de su vida, como cuando saque su licencia de conducir, o cuando tenga algún momento espiritual. EFE
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