Diana Carnero, concejala de Naranjal, fue asesinada al estilo sicariato el miércoles 7 de febrero de 2024.
La edil, de 29 años, fue acribillada por sicarios en plena vía pública en el sector de Corona 2, en Naranjal.
Murió en un centro de salud donde fue trasladada tras el ataque, pero no pudo resistir la gravedad de las heridas.
La edil era parte del movimiento Revolución Ciudadana.
El ataque se dio en un momento en que el país está sometido a un estado de excepción y a un «conflicto armado interno».
Reacciones al crimen de la concejal de Naranjal
De su lado, la presidenta de la Revolución Ciudadana, lamentó en su cuenta de la red social X el asesinato de Cantero.
«Acabo de enterarme que hoy asesinaron a nuestra compañera Diana Carnero, concejal de Naranjal. Un abrazo sentido a su familia», comentó González.
También la cantautora Marisol Bowen, correligionaria de Cantero, expresó su pesar y se lamentó de que el crimen haya ocurrido «en pleno estado de excepción».
En un mensaje en su cuenta de la red X preguntó al presidente del país, Daniel Noboa: «¿Dónde está la seguridad y la lucha contra el crimen? ¿Dónde está su gobierno?«
También la activista en derechos humanos Jhajaira Urresta expresó su «profundo dolor» por la muerte de Cantero y dijo que «el Estado debe responder por la seguridad de todos».
«Por estos delitos deberían indignarse las autoridades y entregar una verdadera protección», agregó.
Políticos víctimas de sicariato
El asesinato de Cantero se suma a una larga lista de autoridades que han sido víctimas de sicarios en los últimos meses en Ecuador.
A la lista se incluyen fiscales, jueces y políticos como el alcalde de Manta, Agustín Intriago, o el candidato presidencial Fernando Villavicencio.
El presidente Daniel Noboa declaró a principios de enero un estado de excepción y decretó una situación de conflicto armado interno para intentar frenar una espiral de violencia.
Al declarar el «conflicto armado interno», el Gobierno identificó a al menos 22 grupos del crimen organizado transnacional y los ubicó «como organizaciones terroristas» y «actores no estatales beligerantes».