El mítico Taita Apu o Taita Carnaval

El Taita Carnaval es el personaje más popular e icónico del Carnaval. Guarda un gran misticismo y es importante en las culturas ancestrales de la región.

El Taita Carnaval es el personaje más popular del Carnaval. Esta presente en todas las celebraciones, desfiles populares e incluso se le ha destinado un lugar privilegiado en esta fecha. Pero ¿sabía que no siempre tuvo este nombre?

De acuerdo con la cultura cañari, antes era conocido como Taita Apu, que traducido del quichua al español significa padre de la montaña, aunque también podía ser entendido cómo espíritu de la montaña.

Al menos así es como lo relata Pedro Solano, fundador del Taita Carnaval en la Tucayta y dirigente de la comunidad de Quilloac, en Cañar.

El cree que el Taita Apu era una persona relacionada íntimamente con la espiritualidad del pueblo y su aparición representaba abundancia y buena suerte, dice Solano. El Taita Apu anunciaba el inicio del Lalay Raymi ahora conocido como Carnaval.

Al ser quien anunciaba el inicio de la fiesta, el Taita Apu era el personaje principal, y no era cualquier persona de la comunidad, era el mejor dotado y capacitado espiritualmente.

El Taita Apu usaba vestimenta que representaba el nivel jerárquico más alto. Esto se reflejaba en detalles como plumas de cóndor, una sombrerera de visera larga, instrumentos como caja o tambor, rucu pingullo y pingullo pequeño (de viento), guaraca, chicote y zamarro.

El Taita Apu es alegre y ejecuta varios instrumentos y debe conocer las 26 canciones de mitos cantados. Por ejemplo, temas dedicados al toro y al gallo para medir fuerzas y temas dedicados al cóndor para mediar.

En total, son 26 poemas que solo canta esta fecha.

Visita del Taita Apu

La tradición cañari dice que el Taita Apu visitaba de casa en casa a las familias, compadres y conocidos. Para hacerlo contaba con dos noches enteras. Solano cuenta que nadie sabía de dónde venía, por ello su misticismo.

Las familias de las comunidades a las que visita el Taita Apu o Taita Carnaval, se ponían de acuerdo para trabajar durante todo el año. Algo que debían propender es vivir en armonía para ese momento.

La noche del lunes o martes del Lalay Raymi o Carnaval, preparaban un banquete sagrado para recibir a Taita Apu o Taita Carnaval. Nadie sabía a qué hora llegaba, pero todo debía quedar listo para que coma frutas, granos, cuy y chicha. Además, dejaban cuatro ceras encendidas que representan la Chacana o Cruz Andina.

Esta es la visita espiritual sagrada más importante que reciben las familias de la comunidad.

El relato popular dice que quienes reciban al Taita Apu como se debe, tenían un año fructífero, sus animales no morirán, la familia vivirá en armonía y la comunidad pasaba en paz.

Pero si la familia no estaba en armonía y no preparaba la comida con amor, llegaba Yarkay, el personaje opuesto al Taita Apu. Entonces los animales morirán y la comunidad y la familia no vivían en armonía.

De acuerdo con los relatos e investigaciones, no era necesario preparar alimentos en abundancia, pero si tener buena voluntad al momento de compartirlos.

La alimentación en esta fecha es variada. En ella se vinculan los productos de la Costa, Sierra y Oriente como papas, ocas, peras, reina claudia, manzanas, duraznos, caña de azúcar, yuca y otros que generan unidad y armonía entre los pueblos. (I)

Sincretismo cultural en Carnaval

De acuerdo con una investigación del Museo Pumapungo, el Taita Apu es el mejor dotado espiritualmente de una comunidad. Además, que existe un vínculo entre esta celebración y el Pawcar Raymi.

Se considera que, en algún momento, la imposición de la conquista utilizó esta fiesta ancestral para vincularla con el Carnaval. Lo que debe quedar claro es que el Pawcar Raymi se celebra el 21 de marzo.

Según la información, el Taita Apu es quien permite una conexión con todos los mundos y es posible que tenga contacto con las deidades universales y está vinculado con los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. (I)

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Fabian Campoverde

Periodista multimedia y creador de contenidos digitales con una maestría en Comunicación Estratégica Digital. Especializado en temas de seguridad, cultura, crítica teatral y música. Escribe sobre viajes, arqueología e historia.

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