La belleza de lo simple

Más allá de una cualidad de hermoso está la percepción placentera de hablar, mirar, escuchar, olfatear y palpar; cinco de los siete sentidos que menciona la neurociencia.

Ese atributo que de una u otra forma nos llega al alma y nos deja algo que si bien es cierto es intangible, es algo que con el tiempo se ha ido desvaneciendo; la sencillez debería estar implícita en la forma de ser y de mostrarnos al mundo tal y como somos, en la forma de comunicarnos y en la forma de generar una buena y real impresión; sin embargo, cada vez resulta más difícil pues la arrogancia, las palabras rebuscadas y más aún la incoherencia entre lo que se dice y se hace, se ha convertido en el común denominador que dominó a una gran mayoría, en fin, un absurdo antagonismo.

La belleza de lo simple es aquella cualidad que tristemente se desdibuja conforme queremos sorprender, ignorando que en ocasiones entre más sencillo es mejor.  Si solo por un momento, mientras nos enfocamos en lo queremos obtener y en lo que realmente importa, discerniríamos que solo unos pocos tienen la capacidad o el aguante para “desenredar”, entonces lo real y lo verdadero recuperaría su auténtico valor.

¿Por qué complicar lo sencillo? Si solo basta un toque de belleza; la belleza también es sabiduría, es la sabiduría de la sencillez. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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