Relajación en el cuerpo y la mente. La sensación de aliviar el dolor. Desconectarse de la cotidianidad para conectarse con la vida que se lleva adentro. Estas acciones, desde hace un poco más de una década, ha buscado Alicia Mancero a través de sus masajes prenatales.
Solo aquellas mujeres que han estado embarazadas conocen del dolor que suele llegar cuando una vida se está formando en su vientre. El dolor de espalda, de la cadera, de las piernas. El cansancio. Lo complejo que puede volverse el estar embarazada es un tema que muchas veces no se habla.
Por esa misma razón es que Alicia, mientras estaba en Francia, decidió especializarse en brindar los masajes prenatales para ayudar a las mujeres que han sufrido físicamente.
“Yo decidí escoger una especialización prenatal. Yo me dije que si algún día regresaba a Ecuador yo tenía que contribuir a las mujeres para darles un espacio de bienestar”, dijo Alicia Mancero a diario El Mercurio.
En su regreso a Ecuador, hace ya 13 años, se instaló en Cuenca y abrió un espacio para ofrecer sus manos a todas las embarazadas que tuvieran algún dolor en el proceso de gestación.
Un trabajo delicado
Realizar un masaje prenatal requiere de mucha paciencia, conocimiento y delicadeza. Alicia no presta sus manos si antes no hay un proceso de conocer a la embarazada y de conocer su estado de salud.
Como preámbulo, para la masajista es necesario que la mujer esté, al menos, en su cuarto mes de embarazo y que haya un certificado médico.
“El masaje prenatal tiene sus bases fijas, pero va cambiando al trimestre del embarazo. También se lo personaliza de acuerdo a los requerimientos de la mamita. Algunas tienen más dolor en la cadera, dolor en hombres, o en piernas. Se hace énfasis en ciertos puntos y se va conversando”, agregó Alicia.
Otro de los beneficios que ofrecen los masajes prenatales es la conexión entre la madre y el ser vivo que ella lleva dentro. En el proceso de masaje se ha visto cómo el ser reacciona, se mueve, se relaja.
Asimismo, se puede generar una conexión entre el padre, la madre y el niño o niña que se está formando. Porque en el masaje pueden participar los padres y aprender para luego replicarlo en el hogar.
Beneficios
Julia Sarmiento es una de las mujeres que ha tomado los masajes prenatales. Llegó a ellos tras sentir dolor en la espalda y ciática. Aunque para ella se trató sus dolores, el alivio se sintió en todo el cuerpo.
“Los masajes prenatales en mi caso fueron de mucha ayuda, ya que tuve algunos problemas propios del embarazo. Cada sesión no solo se trataba de asistir las dolencias mencionadas, sino estaban enfocadas de manera general, lo que brindaba una sensación extremadamente relajante a nivel físico y mental”, comentó Julia a El Mercurio.
Para Andrea Peláez, quien también ha recibido masajes en su embarazo, la actividad debe ser considerada por todas las mujeres que a veces han tenido que aguantar el dolor y sufrir en silencio.
“No hay que normalizar el dolor en el embarazo. Siempre hay que buscar ayuda, que el proceso no sea tan doloroso, porque solo la mujer que ha estado embarazada sabe que duele. Y un masaje, siguiendo todos los cuidados, no está demás”, opinó Peláez. (I)
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