Es la capacidad propia del ser humano para comunicarse oralmente, expresar pensamientos y sentimientos de modo lógico y por medio de la palabra, además por escrito o mediante señas o gestos, destacando la importancia que implica en el niño que aprender a hablar. El primer lenguaje del neonato es el llanto, con lo cual expresar hambre, dolor o reclamar presencia materna. El ser humano tiene la capacidad de expresarse y alcanzar el entendimiento común. El lingüista alemán Karl Buhler, clasificó como función representativa, expresiva y apelativa. A éstas se suman la referencial, emotiva, fática, metalingüística y poética.
Se clasifica en lenguaje verbal y no verbal. Según su origen puede ser natural y artificial. Según su función es expresivo y cognoscitivo.
Las funciones del lenguaje son tres, la locutiva (lo que dice), la ilocutiva (lo que se hace al mismo tiempo que se dice) y la conativa (lo que se consigue por medio de decir). El principal objetivo del lenguaje es nuestra comunicación para relacionarnos con los demás. Incluimos la Onomatopeya, palabras cuya fónica imitan el sonido de aquello que designa. Por ejemplo “quiquiriquí”.
¿Qué sería de la vida sin lenguaje? Imposible concebirla sin el trascendente papel que desempeña y más aún cuando por la inteligencia requerimos aprender, expresar, conversar, informar, etc. Inclusive vale destacar que las personas que hablan con sus mascotas, no están lunáticas, pueden ser más inteligentes que la media. Esta conducta se llama Antropoformizar, y caracteriza a las personas empáticas y con gran inteligencia emocional. Las plantas, los animales y los microorganismos se comunican a través de moléculas como las feromonas, encargadas de transportar estímulos (lenguaje químico).
Qué haría el Maestro, el sacerdote, el político, los padres de familia, el gerente, el deportista, y todos los humanos, sí no contásemos con el maravilloso lenguaje de la comunicación. (O)