Mujer, Mujer, Mujer

Dia de la mujer. No me cuesta decir que la mujer es el más bello ser de la naturaleza. Creada por Dios. Nacida del magma primigenio del génesis del universo. Modelada por manos y por un soplo amanecida, cualquiera puede ser los orígenes de su presencia. Su piel, cambiante envoltura que camina desde el negro retinto y lustroso, pasando por el amarillo oriental, el flanco nórdico y llagando al cobrizo andino, descubre su belleza y muy adentro un alma generosa y pura. Su vientre magnánimo acomoda toda una historia humana, con todos sus defectos y virtudes. Generosa, buena, bondadosa y también caprichosa, es el baluarte del mundo y sus vueltas. La mujer.

“Detrás de un gran hombre, siempre existe una gran mujer” es apotegma conocido y verdadero. Valientes como ellas solas y que llegan al martirio por defender su crio y su verdad. La mujer, es incomparable.

Y es el momento en que debemos rendir nuestra admiración, por una de ellas. Diana Salazar, nuestra indómita y severa fiscal general, que viene peleando sola o con muy poca ayuda, en contra de criminales aviesos y brutales, ligados al mayor cáncer y desarreglo social y humano, como es el narcotráfico. Lucha con tal bravura que su valor es el que la protege y evita que terminen con ella y sus pesquisas. Ella va rompiendo récord en investigaciones y denuncias certeras y perfectamente probadas, que incluyen a mafiosos de todo nivel, que tienen sicarios que por unos dólares la matarían, delincuentes anclados en el sistema político ecuatoriano desde los ministerios a la asamblea, y facinerosos que, tras la toga de magistrados, tienen la justicia como aliada indispensable y útil para borrar juicios y otorgar libertades. Ella y solo ella es la que les tiene acorralados desde los delincuentes de Correa y Glas y su extensa trama de asociados en crímenes de toda laya, desde inocentes y millonarios sobornos para lograr contratos, pasando por sicariatos y asesinatos que nos tienen al Ecuador y su gente honesta, encerrados y temerosos.

Diana es valerosa hasta la audacia. No deja de trabajar en pistas y señales que le ayudan a acorralar truhanes, pues son muchos y todos ellos extremadamente peligrosos. Para cumplir su deber y evitar ser asesinada, tiene una cárcel propia para ella, su casa y oficina, resguardadas de donde no sale por ningún motivo y a pesar de todo eso lucha con denuedo. Mujer valerosa. Mujer digna. Mujer bella. Me inclino respetuoso y beso sus plantas. Cuidémosla como pueblo el tesoro honesto que nos va librando de muchos pillos y peligros. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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