“No sabía ni tirar un golpe cuando era pequeño”, recuerda Jorge Cervantes, minutos antes de su segunda sesión de entrenamiento en el gimnasio de boxeo de la Federación Deportiva del Azuay (FDA).
Hoy se encuentra súper motivado. Después de ocho años de foguearse entre triunfos y derrotas, podrá representar al Ecuador en la Copa Independencia de República Dominicana.
La competición se llevará a cabo del 17 al 22 de marzo en la ciudad de Santiago de los Caballeros. La Federación Ecuatoriana de Boxeo consideró su nombre para pelear un podio en los 57 kg.
“En el ring soy muy controlador de la situación, soy alguien que va más a lo táctico que a lo agresivo”, resalta el deportista de 20 años.
En la parte física y psicológica se siente preparado para el desafío, no así en la parte económica. Necesita 650 dólares para cubrir los gastos del viaje.
Para recaudar fondos, este sábado 9 de marzo organiza un bingo en el Hotel Campanario. El juego empezará a las 18:00. Las tablitas, para toda la noche, tienen un costo de 5 dólares.
Inicios de Cervantes en el boxeo
Cervantes empezó en el boxeo a los 12 años. Cuenta que “de la nada” llegó al Complejo Deportivo Bolivariano. Entre que observó uno y otro deporte de combate, “por alguna extraña razón dije: este es el deporte que quiero”.
Pese a los años que lleva en la actividad, la preocupación de su madre está latente. Su hijo es de “buen comer” y no le gusta que haga dieta cuando se le acerca alguna competición.
Aparte, no le agrada los golpes que recibe, aunque Jorge trata de ser lo más disciplinado en sus entrenamientos para dar más que recibir.
Referentes en el deporte
Tiene como espejos a ‘monstruos’ del boxeo mundial como Mike Tyson, Manny Pacquiao, Roy Jones Jr. También admira a sus entrenadores, de quienes trata de absorber cada consejo que le dan para ser mejor deportista y persona.
“Quiero marcar un hito con mi nombre, ser un cuencano que sea visto en todos lados, que la gente sepa qué es lo que hace y por qué lo hace. Quiero representar y dejar en alto el nombre de la ciudad, de la provincia y del país”.
En la actualidad se hospeda en la Residencia de la FDA lo cual le facilita asistir a la primera sesión de entrenamiento de 05:00 a 07:30.
Antes tenía que levantarse a las 04:00 y tener unos centavos extras para tomar un taxi que le lleve al Complejo Bolivariano desde la entrada de la ciudadela La Católica. Un recorrido de casi 15 minutos.
La otra faceta del azuayo
Apenas termina el entrenamiento matutino, empieza su labor como salonero y bartender en un restaurante del centro de la ciudad. Lo que gana en sus ocho horas de trabajo diarios también le ayuda a mantenerse en el deporte y solventar imprevistos como el que tuvo meses atrás.
En su bicicleta tuvo un accidente que lo llevó hasta una casa de salud. “Me tuvieron que hacer tres puntos de aproximación y seis externos más arribita del codo”.
Pese a la lesión se presentó a un combate pactado con anterioridad y salió triunfador. Experiencias como estas le convencen más que el boxeo es su destino y que no tiene que desaprovechar las oportunidades que se le presenta en el camino.
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