Un digno representante en arbitraje nacional tuvo la parroquia Ricaurte. Se trata del cuencano Juan Enrique Cruz Caldas, quien dedicó más de dos décadas de su vida a impartir justicia como asistente en las diferentes canchas del país.
Esta profesión se convirtió en su vida. Sin embargo, por situaciones ajenas a él, tuvo que dejar este oficio a sus 40 años.
No se arrepiente de haber seguido su instinto, ya que en esos tiempos trabajaba en un taxi, pero luego cambió de ocupación.
El ‘Negrito’, como le dicen sus amigos, no olvida el momento en que tomó la decisión de involucrarse en el referato. Él, mientras jugaba para Tecni Club, recibió una invitación para involucrarse en esta actividad. Esto sucedió cuando tenía 18 años, en el 2002, y su vida dio un giro.
Cuenta el profesional que no tenía mucho interés en formarse como árbitro. No obstante, por curiosidad se involucró y luego le tomó toda su preparación en serio. Con el tiempo, su interés crecía y gracias a la formación del profesor Jorge Orellana, Cruz pudo continuar en este camino.
“Así llegué a culminar el curso. Primero recibí el escalafón de Cuarta Categoría, aquí permaneció dos años. Luego llegó a Tercera Categoría. Los tiempos para ascender se acortaban por la preparación”, comenta el cuencano.
Al cabo de un año, le llegó el turno de dirigir en Segunda Categoría y estuvo cerca de cuatro años. Aquí, en la mayoría de partidos, actuó como central. Incluso, dirigió una final del Ascenso Nacional, como máxima autoridad en la cancha.
Sin embargo, luego de sus entrenamientos su función fue de ser asistente.
Su llegada al arbitraje de Primera
En la Primera B estuvo tres años y en el 2012 concreta su llegada a la Primera A. Manteniéndose en esta categoría hasta el 2023. Su única meta que no se cumplió fue de recibir la escarapela FIFA.
“Estuve 12 años en las ternas principales. No recuerdo bien el año, pero estuve ranqueado como el mejor. Tuve la ilusión de ser internacional, pero situaciones ajenas que pasan no lo pude ser. Fue algo sorpresivo y doloroso no cumplir este objetivo”.
Cruz nunca olvidará su debut en la Serie A. Su primer partido como asistente fue el duelo entre Universidad Católica y El Nacional. Junto a él también debutó Mario Romero. Ambos tuvieron la ayuda de Cristian Lescano, quien continúa como juez FIFA.
El cuencano, en ese compromiso, tuvo nervios de acero y salió sin inconvenientes. No obstante, la responsabilidad y sus buenas actuaciones le permitieron estar en más cotejos “calientes”.
Uno de ellos fue el Clásico del Astillero y un duelo entre Liga de Quito y Barcelona. “Esas fechas eran complicadas. Uno tenía que estar con la concentración al máximo. En Quito hubo un problema con Damián Díaz, cuando le agredió al árbitro Miguel Hidalgo. El ambiente se tornó tenso (sonríe)”.
A pesar de su tranquilidad y concentración dentro del campo de juego, Juan Cruz, tuvo un inconveniente con Gabriel Achilier, quien en ese entonces era capitán de Emelec.
Recuerda el exárbitro cuencano, que durante un compromiso, el defensa central, quien ahora viste los colores del Orense SC, lo pasó molestando todo el partido.
Hasta cuando llegó la justicia divina “él le dio un codazo a un rival y procedí a informar y recibió la roja. Me molestó, me dio chance (sonríe) y salió expulsado”.
Cruz cuenta que siempre estuvo en la mejor línea de su preparación. No descuidó su físico y estaba atento a cada convocatoria hasta el 2023. Destaca el trabajo de su coterráneo Fernando Tamayo, quien estuvo en el Mundial de Alemania 2006.
De igual manera, el accionar de su compañero Omar Ponce, a quien lo consideró como un profesional inteligente y tranquilo. “Él leía bien el juego, esas cosas fui aprendiendo y maduré en mis decisiones.
Pero hay muchos profesionales de quienes aprenden. Tengo muchos amigos, esto es lo bonito del arbitraje, sumar amistades”.
Juan Cruz estuvo hasta el 2023 dentro de la lista del arbitraje. Aún estaba dispuesto para dar guerra, pero la Comisión Nacional decidió lo contrario. Dicha acción la tomó con tranquilidad y vio el lado positivo de que es momento de compartir con su familia.
Su último partido, no oficial, fue el que se disputó entre Deportivo Cuenca e Independiente del Valle, en la Noche Colorada, que se jugó el 23 de febrero, en el estadio Alejandro Serrano Aguilar. Allí recibió el aplauso del público y de sus compañeros del gremio.
“Tuve sentimientos encontrados. Sin embargo, hay tiempos que se deben cumplir. Ahora tengo más tiempo para estar con mis hijas y mi familia. Tengo recuerdos muy gratos del arbitraje”, comenta el azuayo, quien el próximo 1 de abril cumplirá 41 años.
Tras dejar el mundo del arbitraje, en la actualidad trabaja en una buseta y con ello lleva el pan de cada día a su casa. También no descarta retomar los estudios universitarios. Hace un tiempo seguía Comunicación Social en la Universidad Politécnica Salesiana, pero dio prioridad al referato.
Ahora, con más tiempo y con la satisfacción del deber cumplido, se ha planteado varias metas. “Estoy tranquilo y siempre estaré agradecido por esta profesión…”.
Perfil del árbitro Juan Cruz
- Nombres: Juan Enrique Cruz Caldas
- Fecha de Nacimiento: 1 de abril de 1983
- Padres: Juan Enrique Caldas y Elva Caldas. Su esposa se llama María Elena Zhicay y sus hijas Dayanara (18 años) y Suri (11 años).
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