Paola Roldán, quien logró la despenalización de la eutanasia en Ecuador, falleció este lunes 11 de marzo de 2024.
Aun no se ha hecho oficial la causa de la muerte, pero ella padecía de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Esta es una enfermedad que afecta el movimiento voluntario de los músculos.
“Paola murió en paz y rodeada de su familia íntima”, comentó su padre, Francisco Roldán Cobos.
Tras meses de lucha, en febrero del 2024, se despenalizó la eutanasia en Ecuador. Ese es el gran legado de Paola Roldán.
El pasado 7 de febrero la Corte Constitucional dictó una sentencia a favor de la legalización de la eutanasia.
La sentencia es considerada como un hecho histórico en el país y Roldán fue su principal promotora.
De acuerdo con el abogado de Roldán, Ramiro Ávila Santamaría, la sentencia fue clara y con ella (Roldán) podía ejercer su derecho a la eutanasia.
El abogado explicó que la Corte, en su sentencia, señaló que es de carácter general y abstracta “y dice que ningún médico podrá ser sancionado penalmente… La eutanasia es viable”.
Con el 95 % de discapacidad debido a la ELA, que le diagnosticaron hace tres años, Paola Roldán peleó para que la Corte le permita morir de forma «digna».
A sus 42 años, Paola solo podía mover los músculos de la cara, los ojos. El cerebro funcionaba bien, pero no tiene ninguna movilidad en ninguna parte del cuerpo, explicó Ávila.
Paola respiraba gracias a una máquina y recibía alimentación parental en el lecho de una cama hospitalaria instalada en su casa.
Paola Roldán dejó de pelear con la muerte
«Ella tiene una claridad y una lucidez sentimental y espiritual que pocas veces he visto», recordaba Ávila al apuntar que, gracias los procesos espirituales que ella tuvo «dejó de pelear con la muerte y dejó de enojarse con su cuerpo».
Según el abogado, Paola se «reconcilió con su cuerpo, con la vida, con la muerte», y quiso escoger «una situación de paz, de amor, de tranquilidad y despedirse» de sus seres queridos, entre ellos, su pequeño hijo Oliver, y su esposo.
Problema de salud pública
Un día de agosto de 2020, Paola hacía yoga cuando uno de sus brazos colapsó y cayó al suelo; luego tuvo dificultades para manejar su mano y tomar objetos tan rutinarios para una madre como el biberón de su bebé.
Después caminaba con dificultad y los médicos en Ecuador le hablaban de exceso de actividad, ejercicio y estrés. En Estados Unidos le diagnosticaron la ELA, y entonces Paola se aferró a todo.
«Magia, espiritualidad, medicina tradicional, medicina occidental y a todo lo que la gente le decía que la podía curar», pero nada funcionó, relató el abogado.
También anotó que Paola Roldán estuvo consciente de que si no hubiera tenido un apoyo de su familia, que tiene recursos económicos, «posiblemente hubiera muerto por negligencia». (I)
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