La agenda política bien puede evaluarse a partir de lo que sucede en medio de los titulares y los mensajes de redes sociales. Esta semana, por ejemplo, Cuenca recibió el desaire del Ministerio de Obras Públicas. No tendremos las competencias en vialidad que han sido solicitadas y tampoco tenemos claridad sobre las soluciones en conectividad. Nos quedan promesas, de las que el centralismo nos tiene bastante acostumbrados.
Las noticias, durante estos días, llegaron por diferentes frentes. Concejales que denuncian a “jueces corruptos” (sin especificar nombres), juezas que exigen – y con toda razón- nombres sobre la acusación emitida. Políticos que denuncian nepotismo, un exalcalde que denuncian lentitud en gestión, el alcalde que denunció la corrupción en la oficina de Avalúos, ex funcionarios denunciados de acoso sexual.
La Consulta Popular que se ha convocado para el 21 de abril, al parecer no tiene los fondos suficientes, al menos eso dice el Consejo Nacional Electoral. Todo indica que el Gobierno considera que no son 60 millones lo que debería costar sino 20 millones menos. Algo menor a esa cifra es lo que reclama la Universidad de Cuenca que debieron asignarle el año pasado como resultado de gestión propia, monto que el gobierno anterior se había comprometido pero que no fue depositado.
El gobierno se concentró en una cosa. Cancillería puso en alerta a militares y policía para reforzar la frontera porque tenían información sobre la posible fuga del exvicepresidente Jorge Glas, un día entero los titulares recorrieron los celulares de los ecuatorianos y ecuatorianas alarmados ante la posibilidad de un “nuevo prófugo”. Horas después México aclaró la falsa alarma de Cancillería, mientras tanto el Ejecutivo publicaba en el Registro Oficial la Ley que posibilitará, hasta en un 15%, el incremento del IVA. Eso no más. (O)