Nuestro camino      

Hugo Darquea López

Nosotros los ciudadanos debemos decidir el camino a seguir. 

En una Democracia el proceso cívico está en las manos de quienes constituimos la sociedad.  La experiencia nos demuestra que los factores culturales, ese conjunto de tradiciones, de ideas fuerza que nos guían desde cuando asumimos nuestra capacidad de tomar un papel definido en la vida comunitaria está orientado por lo que pretendemos hacer de la vida. La ciencia y el conocimiento crítico deben ilustrarnos a todos para construir el bien común, que solamente se logra con el respeto a la libertad, a los derechos y responsabilidades asumidos en su integridad por todos.  

La realidad es un punto de inflexión entre dos o más posibilidades que debemos moldear con previsión del futuro y recordando las raíces y el origen de la historia que nos ilustra por siempre.

En 1830 se decidió la creación del Estado de Ecuador, luego República de Ecuador, como una necesidad histórica de quienes heredaron la tradición de la comunidad sociopolítica conocida hasta ese momento como la Presidencia y Real Audiencia de Quito y que abarcaba a más de su territorio, las gobernaciones de Guayaquil y de Cuenca, más las circunscripciones aledañas que estaban unidas por razones de complementariedad, como Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, El Oro y Galápagos, o Loja y Cañar respectivamente, más la Amazonía que  fue siempre el horizonte a definir de acuerdo a las posibilidades reales de poblamiento y culturización.

Entonces vemos como la identidad ecuatoriana ya es en sí mismo una realidad que debe ser   potenciada y perfeccionada desde nuestra decisión de ser una Patria, porque es la heredad de nuestros padres, de nuestros intereses y de nuestros afectos, porque no podemos dejar de lado el carácter único que nos hace nativos de una geografía y herederos de vivencias con miles de años de filiación.

 “Porque fuimos somos, porque somos, seremos”   

 Ese es nuestro camino. (O)