Vendaval Mayra

Luis Ochoa Maldonado

Nada debe quedar en la impunidad, si queremos empezar a recuperar a la paz, que sin justicia jamás la podremos sostener. La primera medida económica de cualquier gobierno es controlar a la violencia, que lamentablemente está inmersa estructuradamente en el estado cooptado. Podrán incluso pagar con cárcel algunos funcionarios identificados, pero si no hay una definitiva acción de radical limpieza, volverán nuevamente las fechorías con otros nombres reciclados y si el país, con tan dolorosas experiencias, no asume responsablemente su obligación de escoger a los más calificados moralmente para el ejercicio de los mandatos constitucionales, que enfrenten las crisis con pundonor. E ahí el dilema, cuando los que nos han gobernado las últimas décadas, que en última instancia nos han llevado a este escenario perverso, siguen tan campantes.

Podemos sentir nuevamente la intranquilidad general, como sensación de inseguridad, en estas últimas semanas con el asesinato de la alcaldesa de san Vicente y después de la delación de la Sra. M Salazar que expone en su testimonio anticipado la vinculación con narcotraficantes de altos estamentos de la justicia, policía, políticos, periodistas y hasta la farándula, destapando violentas manifestaciones en el feriado de semana santa, con un repunte de sicariato, sin prevención efectiva que se les adelante, quedando nada más  la reacción del bloque de seguridad ante los hechos consumados en ausencia de inteligencia estratégica.

El contexto es extremo, que seguramente rebasara la acción de algunos gobiernos, siempre que la justicia se reivindique juzgando con la ley a los narcotraficantes, que han contaminado a casi todas sus estructuras, la ciudadanía asuma responsablemente su rol, como opinión publica coherente, discriminando a la información que apoye el destape a la criminalidad, que lidera la Sra. Fiscal, que al momento se ha convertido sin duda alguna en la adalid de la lucha contra la mafia que azota al Ecuador, que requiere el apoyo contundente de todas las instancias nacionales e internacionales para seguir con la purga de las metástasis denunciadas y en juicio público. No todo este perdido. (O)