El eclipse solar total del 8 de abril va a convertir el día de partes de México, Estados Unidos y Canadá en noche durante el momento en el que la Luna cubra el disco brillante del Sol, pero desde la NASA se alerta de que la visualización del fenómeno está condicionada a la meteorología.
La agencia aeroespacial sostiene que más de 31 millones de estadounidenses van a tener «un asiento de primera fila» para presenciar el eclipse total al estar situados en la llamada franja de totalidad, donde se podrá ver cómo la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol y cubre todo su disco solar.
Pero Cristian Ferradas, investigador en el Laboratorio de Física Geoespacial del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, añade en la ecuación el pronóstico del tiempo.
«Si el cielo no está despejado, puede que apreciemos cambios en la temperatura y en el comportamiento de los animales mientras dure el fenómeno, pero no veremos el efecto visual del eclipse al 100 %», explica en una entrevista.
De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, que actualiza en su portal predicciones y avisos sobre el clima, publicó esta semana que «las condiciones óptimas de observación son poco probables debido a la nubosidad prevista».
«El lunes por la mañana habrá nubes altas y finas» y, además, estas «se volverán más densas a la hora del eclipse», detalló la agencia meteorológica.
Por esto, Ferradas recomienda a quienes viajen para ver el fenómeno astronómico que tengan en cuenta las predicciones «para decidir hacia dónde se dirigen», un consejo que también comparte la agencia meteorológica en sus redes.
De todas formas, el experto alienta al optimismo, puesto que más allá del «espectáculo visual» que supone para el público general, este eclipse es interesante desde un punto de vista científico para estudiar aspectos relevantes relacionados con el Sol.
«La capa exterior de la atmósfera solar, llamada corona, no puede verse habitualmente de forma directa, así que este eclipse supone una oportunidad única de investigación», asegura el científico del centro espacial de vuelo que la agencia tiene en la ciudad estadounidense de Greenbelt, Maryland. (EFE)-(I)