Pekín expresó este viernes 12 de abril de 2024 su «firme oposición» al comunicado conjunto suscrito por Estados Unidos, Japón y Filipinas tras su cumbre trilateral en Washington, acusándolos de «desviarse de los hechos» y de «acusar maliciosamente a China».
«En primer lugar, China tiene soberanía indiscutible sobre el arrecife Ren’ai (conocido como atolón de Ayungin en Filipinas) y soberanía sobre las islas Diaoyu (conocidas en Japón como Senkaku).
Las acciones de China en el mar de China Oriental y en el mar de China Meridional son razonables, legales e irreprochables según el derecho internacional», señaló la portavoz de Exteriores Mao Ning en rueda de prensa.
La portavoz agregó que «no ha habido nunca ningún problema con la libertad de navegación o de sobrevuelo en el mar de China Meridional» y que China «se opone firmemente a la arrogancia y a las demostraciones de fuerza» en esas aguas.
«Nos oponemos firmemente a que se viole la soberanía de China y sus intereses de seguridad y de desarrollo en nombre de la libertad de navegación», acotó Mao.
China y Filipinas mantienen un conflicto por la soberanía de varias islas y atolones en esas aguas, que Pekín reclama casi en su totalidad por «razones históricas», si bien la Corte de Arbitraje Permanente de La Haya en 2016 dio la razón a Manila en un laudo.
«Dicho laudo es ilegal e inválido. La soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China no se verán afectados por este laudo bajo ninguna circunstancia», aseveró Mao, que acusó a los «países afectados», en referencia a Filipinas y Japón, de «confabularse con fuerzas extranjeras» en pro de sus propios intereses «egoístas».
«Están dispuestos a ser peones de fuerzas extranjeras para contener a China. Las lecciones de la historia no están muy lejos: las piezas de ajedrez acaban siendo abandonadas», señaló.
Asimismo, Mao enfatizó que China «siempre ha seguido el camino del desarrollo pacífico» y «una política de defensa nacional defensiva».
«Nunca hemos iniciado una guerra y no representamos una amenaza para ningún país», señaló.
Sobre Washington, la portavoz dijo que sigue «bajo la mentalidad de la Guerra Fría», «amenazando frecuentemente a otros países con tratados de alianza, violando gravemente la Carta de las Naciones Unidas y socavando la estabilidad regional».
La cumbre entre Estados Unidos, Japón y Filipinas sirvió para formalizar una alianza entre las tres partes, con anuncios para una mayor cooperación en tecnología, infraestructuras y seguridad marítima, ante la creciente presencia de China en el Indopacífico.
Desde su llegada a la Casa Blanca en 2021, Biden se ha dedicado a tejer alianzas en Asia, lo que llevó a la creación del pacto militar Aukus (acrónimo de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) y al acercamiento primero de Japón y Corea del Sur y, ahora, de Filipinas y Japón.
Sobre Japón, la portavoz expresó su fuerte «descontento» por su posición en la reunión bilateral, mientras que la Embajada china en Tokio presentó una queja formal por «manipular sin sentido cuestiones relacionadas con China en ese encuentro».
«Japón lanzó en el pasado guerras agresivas, cometió graves crímenes contra la humanidad y provocó graves desastres en la región y en el mundo. Japón debería reflexionar seriamente sobre su historia de agresión, respetar las preocupaciones de seguridad de sus vecinos y dejar de buscar excusas para su avance militar», afirmó. EFE