Cuenca celebra un nuevo año de su fundación en un momento en el que las agendas locales se cruzan con la dinámica nacional e internacional, que lamentablemente enrarecen el ambiente de lo que debería ser un merecido homenaje.
La ciudad en su Sesión Solemne reconocerá el arte, el servicio social y educativo, así como el talento en las letras y el deporte. Quienes reciben en esta edición las distintas insignias de parte de la Municipalidad son una hermosa representación del talento forjado con disciplina y esfuerzo, del activismo con vocación y convicción, de valores que caracterizan a una ciudad amable, respetuosa y atenta, que la vuelven parte de nuestra identidad.
Estos rasgos en nada se asemejan con la imagen que este momento se expone en la conversación internacional. No se trata de coraje, gallardía o testosterona. El valor no se mide por la impulsividad sino por la disciplina y la capacidad de evaluar escenarios, y ante las difíciles decisiones, aceptar las consecuencias y hacerse cargo de las responsabilidades.
Este 12 de abril debe ser el espacio para reflexionar sobre la identidad y los valores que nos caracterizan como sociedad. De manera que cuando se encuentren actitudes irrespetuosas con las normas, violentas y que atenten a derechos establecidos, se recuerden que, a diferencia de la imagen del Ecuador en el escenario internacional, no caracteriza a la cuencanía la intolerancia, sino la adecuada convivencia. Que los valores de la identidad cuencana salgan reforzados en estos días de celebración de fundación.
