Más de una veintena de figuras políticas de Ecuador se han beneficiado durante las últimas tres décadas de la condición de asilados políticos. Sin embargo, en 50 años de historia, se registran más de 12 asaltos a Embajadas que han generado situaciones de tensión y que han tenido diferentes matices.
El último caso de Jorge Glas, detenido en la embajada de México el pasado 5 de abril, reabrió la discusión entre la figura del asilo y la intervención de los Gobiernos en estos espacios que desatan polémicos distanciamientos y se vuelven temas de Estado.
En 70 años ha regido la figura del asilo con una base legal. Esta es reconocida por la Convención de Caracas de 1954 por los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La redacción de este documento considera el asilo para aquellas personas, que son perseguidas por motivos o delitos políticos.
Aquí viene una puntualización. El asilo no aplica a personas vinculadas a actos de delincuencia común. “El escrito de la convención tenía una razón de ser en esa época (1954): los Gobiernos considerados dictadores. Eran regímenes militares que perseguían a sus opositores políticos”, explica Enrique Ayala Mora, catedrático e historiador.
El especialista detalla que el texto de la convención deja a criterio de cada país la calificación de la naturaleza del delito, previo al otorgamiento del asilo. “Cuando se niega el asilo, el país que otorga la figura tampoco está obligado a decir los motivos”, añade.
Hay un historial de casos. México, por ejemplo, dio asilo en diciembre del 2022 a la familia del ex presidente Pedro Castillo. En 2019 también el mismo Estado mexicano otorgó asilo al ex presidente boliviano Evo Morales. Además de Glas, hay otros políticos que se han refugiado en el país azteca.
Gabriela Rivadeneira y Ricardo Patiño, dirigentes del movimiento Revolución Ciudadana (RC) que fueron asambleístas y ministros, son parte de la lista. Aunque la Cancillería de Ecuador no tiene una cifra exacta del número de asilados políticos hay más nombres de actores que se han beneficiado de la figura.
Viviana Bonilla, como asilada, y Walter Solís, en condición de refugiado, se han amparado en México. Ambos están vinculados al caso Sobornos. Fernando y Vinicio Alvarado al igual que la ex ministra María de los Ángeles Duarte también buscaron asilos en otros países.
Curiosamente, Ecuador tiene vínculos con tres episodios de incursiones en embajadas. El historiador Pedro Reino recuerda que en 1981 la Embajada de Ecuador en Cuba fue escenario de un episodio polémico cuando tres diplomáticos fueron rehenes de un grupo de cubanos que buscaron asilo. “Creo que es momento de delimitar algunas situaciones acordadas en la Convención de Caracas. La OEA debería revisar y actualizar textos aprobados décadas atrás”, concluye Reino.
El episodio de la detención de Glas instaló un interminable debate. Por el momento, 29 países condenaron enérgicamente a Ecuador por haber ingresado a la sede de México en Quito. Esto mientras el proceso legal de Glas avanza en Ecuador y el ex vicepresidente sigue detenido en La Roca.
