Vecina. Caliente el cafecito y traiga un rico pan mestizo que le tengo un chismecito. Está bueno, así que apure. Sabía que a la interna del partido del loquito del ático hay pito.
Poco a poco se ha ido descubriendo como los verdes manejaban el país. Han sido una joya. Han sabido agarrarse, como las garrapatas, de todos los poderes del Estado y de ahí no quieren moverse. A ver. Es que el plan era seguir al frente de las entidades tucas del Estado. Si había chance, aprovecharían para dar una patada en el siki al gobernante de paso y regresaban al poder.
Pero veci, parece que el plan no les funcionó. Ahora las mentes parecen que no están tan lúcidas. Porque luego de que la señorita fiscal les cayó con garrote a algunos políticos mañosos, las deserciones de las líneas revolucionarias están a la orden del día. Algunos corazones ardientes se están dando de baja del partido. Más claro, están saltando del barco antes de que se hunda por completo.
Es que los intentos del sector ovejuno de imponer su agenda política no les ha dado ningún resultado. Es más, el partido de Nobita les comió el cuento. Les metió una labia de pelado galán. Aprobaron leyes económicas urgentes y los dejó. ¡Lero, lero! Por eso, es que les arde más. Usted sabe mi veci. Para sapo hay otro más sapo.
Y para rematar este rollo, la captura en la Embajada de México del exvicepresidente ha puesto de patas al partido progresista. Su incondicional yunta lo defiende a capa y espada. Menciona que no solo es persecución política sino una barbarie. Ríase mi veci, pero cuidado se atore. El resto del discipulado no sabe qué hacer, porque al pana se le ha ocurrido pedir a todas las naciones que nos sancionen. ¿Se da cuenta hasta dónde llegan? Pide al mundo a que nos reduzca a nada. A ese ritmo el partido invitará a su misa de honras. (O)
