La consulta popular lo ha dejado claro: una lucha sin ganadores en la que pasaron las preguntas relativas a la seguridad (la gente está asustada y el miedo es poderoso) y se quedaron las únicas dos que hablaban de economía y proponían medidas concretas; y esto significa que la gente no cree en el plan de gobierno ni le cree a un gobierno que no la representa a nivel local y nos avergüenza a nivel internacional.
Y no nos equivoquemos. Lo de México fue una torpeza sin nombre, que pasará factura. Porque ni en las naciones más atrasadas se ha invadido una embajada. ¿Glas? De acuerdo, no es ningún angelito. ¿Qué si prefiero al forajido en fuga? No, por supuesto. Pero hay que poner las cosas en contexto, porque entre la fuga de Glas y la crisis diplomática más importante de la era democrática, me quedo con la fuga de Glas, al menos eso no empobrece a nuestra gente. Además, si Glas estaba libre es porque la propia justicia ecuatoriana lo dejo ir. Es decir, no necesitamos que México se burle del Ecuador, nosotros lo hacemos sin necesidad de ayuda.
Y luego, más allá de la cortina de humo de las torpezas diplomáticas ¿Cómo llega el Ecuador a este punto de su historia? Pues en medio de una crisis, endeudado hasta el absurdo con los GAD y la seguridad social, con gente muriendo en las calles, atrapada en medio una delincuencia cuyos niveles de violencia están igual o peor que antes; y con el incremento del IVA que, al final del día, sí impactó y mucho en el bolsillo del ciudadano. Ah, y me olvidaba: sin una obra, ni una sola…
La conclusión en inevitable: entre “los PhD que más suenan como hdp”, “los Pokemones” y las invitaciones al presidente de México a “comer ceviche”; se muestra de cuerpo entero el gobierno de un niño rico y malcriado, en el que se revela un político, ramplón, chabacano, imprudente y sin el menor asomo de preparación para el cargo que ocupa. Un gobierno ciego a su pueblo, desorientado, carente de herramientas. ¡Caramba! Nos merecemos algo mejor… (O)