Richard Boroto es el ‘Caballero del Deporte’ en el Ecuador

El atletismo del Azuay debe su desarrollo en gran parte a las iniciativas de un joven atleta norteamericano que llegó al Ecuador en la década de los 60. En Cuenca encontró su felicidad.

Atletismo
Richard Boroto junto a su amigo Luis Mendieta. Juntos estuvieron durante años al frente de la organización del Circuito Internacional Las Cruces de Cuenca 10K. Foto Bolívar Sinchi/El Mercurio

Hace 83 años nació en Pensilvania, Richard Boroto, uno de los precursores del atletismo azuayo. El deportista norteamericano soñaba con viajar por el mundo. La vida, el destino quizá, lo trajo a Cuenca.

Boroto estudiaba Relaciones Internacionales en la American University, en Washington, cuando le seleccionaron para viajar al Ecuador.

Formó parte de los voluntarios del ‘Cuerpo de Paz’, un organismo sin fines de lucro que daba asistencia social y humanitaria en diversos países de Sudamérica.

El mexicano David Carrasco, director de deportes en la Universidad, le convenció de venir al Ecuador, país que requería entrenadores para desarrollar diversos deportes.

Jorge Calvache, periodista deportivo y dirigente de la Federación Deportiva del Azuay (FDA), intercedió para que enviaran a Cuenca a alguien que ayudara a impulsar el atletismo.

Richard Boroto se sorprendió cuando le dijeron que venía como entrenador. Si bien estaba ligado al deporte, era más conocido por sus participaciones en diversas pruebas de velocidad y semi fondo.

Antes de cumplir la misión le capacitaron en deportes e idioma español en Estados Unidos y República Dominicana.

Richard Boroto junto a su esposa Gloria Carrasco, quien fue su soporte en todos los proyectos que emprendió en el Ecuador. 

Aportes al atletismo del Azuay

En 1966 Richard Boroto arribó a la Atenas del Ecuador. Mientras colaboraba, de manera rotativa, con profesores de Educación Física de los colegios Borja, Benigno Malo, Técnico Salesiano y del Instituto Normal Superior, dirigía a un grupo de fondistas de la FDA.

Durante 28 años ejerció la docencia en la Carrera de Cultura Física de la Universidad Católica de Cuenca. Los sábados, en la mañana, estaban destinados para las clases prácticas de atletismo, natación, tenis de campo y tenis de mesa.

Luis Chocho (+), Julio Flores, Luis Muñoz, José Quizhpe, que eran la base del equipo azuayo de fondo, fueron sus alumnos.

Pista del estadio Alejandro Serrano Aguilar

No tener una pista atlética, implementación deportiva ni eventos en los que los deportistas puedan desarrollarse, despertó el ingenio en Richard Boroto.

En 1968 aportó con algunas directrices en la construcción de la pista del estadio Alejandro Serrano Aguilar. Como anécdota recuerda que al llegar de Brasil propició algunas modificaciones.

La distancia del anillo atlético le habían extendido nueve metros más de lo reglamentario (400). También ampliaron de 7 a 8 carriles con miras a un Campeonato Nacional.

Su experiencia fue absorbida en otras ciudades del Ecuador como asesor de la DINADER (Dirección Nacional de Educación Física, Deportes y Recreación), hoy Ministerio del Deporte. 

Con miras a dar mayor preparación y competencia a los fondistas, Boroto introdujo la modalidad del campo traviesa (carrera por equipos).

Otra de sus iniciativas fue introducir por primera vez el denominado ‘foto finish’, un sistema tecnológico que permite comprobar las posiciones de los atletas en pruebas de velocidad.

Para que los fondistas tengan más espacios para su preparación empezó a organizar la carrera dominical de calle ‘Correr es Vivir’ que en la actualidad la mantiene vigente el Club A Correr Cuenca.

El Club A Correr Cuenca mantiene la iniciativa de Richard Boroto de organizar los fines de semana carreras de calle.

Para suplir algunas deficiencias en implementación, buscó apoyo de empresas privadas. En la llantera ERCO se fabricaron los discos de caucho. En la fábrica Amor se elaboraron las colchonetas de esponja con forros importados y en el taller Mejía se fundieron las balas.

Mis fondistas no tenían buenos zapatos. Había zapatos deportivos lindos, pero esos se compraban en una tienda de la calle General Torres y eran muy tiesos. Entonces decidí buscar materiales adecuados”.

En Guayaquil encontró una empresa que, con base en sus especificaciones, elaboró esponjas especiales para zapatos deportivos. Después conoció al zapatero Luis Barros, quien empezó a fabricar zapatos de entrenamiento para los fondistas.

Con los años y el apoyo de un profesor alemán que llegó al Ecuador, importó desde el país europeo media suelas con rosca para elaborar zapatos de clavos que se usan en las pruebas de velocidad.

La familia parte importante para Richard Boroto

Durante 42 años Richard Boroto fue director y profesor de inglés en el Centro Cultural Abraham Lincoln. Aunque se jubiló hace más de una década, sigue dando clases los sábados.

Participo más de 50 años, junto con Luis Mendieta, en la realización del Circuito Internacional Las Cruces de Cuenca 10K y del Circuito Infantil que fue bautizado con su nombre.

Richard Boroto da instrucciones a los atletas que participaron en 2017 en el circuito atlético infantil desde la pista Jefferson Pérez.

“La vida familiar es lo más importante que he experimentado en el Ecuador”, asegura. De hecho, en la actualidad disfruta su tiempo libre en compañía de su esposa, hijos y nietos.

El último nieto tiene 6 años. Hace 6 meses tomó la iniciativa de dejarse crecer el cabello para donarlo después a Solca. “Yo he de morir y he de ser enterrado en el Ecuador».

«La comunidad cuencana me ha acogido como uno más de los suyos no solo por mis participaciones en el ámbito deportivo, también en lo cultural porque en el Abraham Lincoln organizábamos muchos eventos a través del gobierno de Estados Unidos”.

Detalle

La Confederación Sudamericana de Atletismo, presidida por Jacobo Bucaram, le otorgó la condecoración de ‘Caballero del Deporte’ por su permanente colaboración con el atletismo sea como entrenador, asesor u organizador de eventos.

La Frase

“Yo originalmente pensaba que iba a regresar a Estados Unidos con mi esposa Gloria, regresar al cuerpo diplomático y estar viajando por todo el mundo, pero el destino fue otro y me he quedado aquí. A Dios, gracias, he tenido una vida de muchas satisfacciones”