Patadas efectivas, elasticidad y un espíritu grande de pelea definían al taekwondosista Mauricio Icaza. El cuencano que hoy tiene 46 años, estuvo en lo más alto de esta disciplina.
Fue campeón panamericano, sudamericano y bolivariano. En su carrera deportiva siempre brilló, lo único que le faltó concretar fue una medalla mundial y clasificar a Juegos Olímpicos.
Icaza llegó al deporte a los cinco años. Su familia tenía la actividad física en sus venas. Gracias a ellos no le faltó motivación para que ‘Machine’ sea protagonista en lo que hacía.
Mauricio combinó de buena manera su talento para el taekwondo y también su perfecta técnica para la gimnasia. Gracias a ello tuvo buenas actuaciones y desde temprana edad se veía su talento para sumar medallas.
“Ingresé pronto al deporte gracias a mis padres Lorgio Icaza y Leonor Samaniego. Éramos una familia humilde, pero no faltaba corazón para hacer lo que nos gustaba. La gimnasia me permitió hacer patadas que no eran tan comunes. Eso me ayudó a destacar”.
Recuerda Icaza, que su primer entrenador en el taekwondo fue Hermel Aguirre, quien le ayudó a ‘poner duro el pie’ en sus inicios. Sus primeros triunfos llegaron en las categorías infantiles en la escuela Luis Cordero.
De igual manera, ya conseguía triunfos como representante provincial, levantando un campeonato nacional.
Compartió títulos con sus coterráneos como Geovanny y Guido Sigüenza, Joffre Chango, Fabián Álvarez, por citar algunos.
Tras cerrar su etapa escolar llegó a vestir los colores del colegio Benigno Malo. En su juventud se encontró con el logro más importantes.
Campeón Nacional a los 14 años
En 1994 llegó un momento que jamás olvidará: se coronó campeón nacional y alcanzó el cupo a una justa internacional en la categoría sénior fin. A sus 14 años ya vistió la tricolor.
“Logré un título importante. Perdí una pelea para ser seleccionado, pero con mi entrenador Marco Chango presentamos un video (VHS) y pudimos demostrar que no se sumaron puntos, hice tres patadas en el aire. Se apeló la decisión y me dieron el triunfo. Gracias a ello, tuve una época dorada, todo se definía por detalles”.
Su paso como taekwondosista también lo combinó en un momento con el Servicio Militar. Sin embargo, tuvo la apertura para competir. En 1995 obtuvo su primera medalla internacional. Representó a Ecuador en el Campeonato Sudamericano, que se efectuó en el coliseo Rumiñahui de Quito.
Allí, el cuencano se encomendó a Dios y tuvo jornadas doradas. En la Capital de la República, Icaza aplicó técnicas combinadas, que le ayudaron a triunfar. Ganó a Colombia, Perú y en la final derrotó a un argentino, que llegaba como favorito. “Tuve mi primera medalla. Esto me abrió las puertas a una época dorada”.
Triunfo soñado
Con ese envión del triunfo en casa, asistió al Campeonato Panamericano en Cuba (1996), allí asistieron los mejores. Icaza recuerda que había miedo, pero confianza en su entrenamiento.
Su primera pelea fue ante un representante de Países Bajos (Antillas). Luego derrotó a un deportista colombiano. En la semifinal se enfrentó con un cubano. Con todos los factores en su contra. Sonríe.
Sin embargo, ‘Machine’ mostró otra técnica combinada y en el aire concretó un punto que eliminó al dueño de casa y obtuvo el paso a la final. Fue el combate de su vida.
En la pelea por el título enfrentó a un brasileño. Las condiciones eran extremas, pero la mentalidad del cuencano fue más para coronarse campeón panamericano en la clase fin. Esto ocurrió el 10 de octubre de 1996.
A sus logros, le suma su título mundial en el US Open de Estados Unidos. También su clase la paseó en el Mundial de Taekwondo (1997), que se organizó en Hong Kong.
“Estuve a un punto de estar en la semifinal. Me faltó esa medalla, quedé entre los mejores 10 de esta competencia. Hubo errores de logística, que me afectaron. No es una justificación, pero perdí ante un peleador de China”.
En aquellos años, este deporte marcial no estaba considerado en los Juegos Olímpicos. Por ello, Icaza no pudo estar en una justa de estas características. Un logro que le faltó en su carrera.
Retiro del Alto Rendimiento
Tras brillar en diferentes eventos deportivos, Mauricio Icaza decide retirarse del Alto Rendimiento y dedica netamente su tiempo a los estudios.
Es ingeniero de sistemas, con el título alcanzado en la Universidad del Azuay. También es Licenciado de Cultura Física, de la Universidad Politécnica Salesiana.
El taekwondista con cinturón negro, tercer dan, labora desde el 2007 como Tecnólogo Informático en el Hospital José Carrasco Arteaga del IEES.
En el 2013 retoma su preparación para competir en un Open Máster disputado en Estados Unidos.
Su técnica y físico se mantienen y por ello quiere estar en más eventos representando a la provincia o al país. En este 2024 analiza competir en campeonatos máster. A los objetivos deportivos también le suma su preparación académica.
Aspira a completar su segunda maestría. Quiere crear más softwares útiles para el ser humano.
“Estos conocimientos quiero plasmarlos para ayudar al deporte. Me faltó un poco para estar en Juegos Olímpicos, debí esperar un poco más. Venía bien, quién sabe que lograba una medalla, Fue un honor siempre representar al Ecuador”.