Tomás Carpio y la cerámica, el mundo en las manos

Hace un poco más de veinte años le conocí al Tomás, en las afueras del campus de la UDA. Yo salía de clases y le encontré en la grada, limpiando un instrumento artesanal que se dividía en varias piezas y que, coincidencialmente, alguien me había regalado días atrás y, claro, no sabía que se desarmaba o que se pudiera/debiera limpiar.

Me quedé parado, espiando lo que hacía porque el objeto en cuestión era verdaderamente llamativo tanto por sus colores cuanto por sus texturas… inconfundible, digamos; según yo, el objeto era único, o al menos el único en la ciudad (el fin de semana pasado había ido de paseo a Shuragpamba (la primera vez que fui) y un amigo, en ese memorable viaje, me lo regaló).  

Luego le pregunté sobre cómo lo había desarmado, para qué, de dónde lo sacó y así, conversamos y terminamos en su taller limpiando, una y otra vez, armando y desarmando el juguete cósmico.

Invitado a China

En la exposición Carpio logró el reconocimiento del público por sus obras.

Veinte y pico de años después estoy escribiendo sobre él y su estancia en China, como ceramista invitado en la ciudad patrimonio de la porcelana, y recuerdo un torrente de anécdotas que no son baladí, sino que me ayudan a decir lo que quiero del amigo ceramista y caminante que ahora crea seres fantásticos fascinando a los ceramistas chinos.

Con él por ejemplo disfrutamos de los paseos en la montaña con mapas inventados cuando, preparados para 4 días, terminaban en 6 (con todo lo que eso incluye); o cuando se fue por 60 días en bicicleta a recorrer el país; o como cuando regresó de su estancia por estudios del país vasco, trayendo el calimocho y a la Mala Rodríguez.

Tomás quemaba cerámica en su casa y hacíamos pequeñas procesiones con los seres creados para dejarlos en el río, porque siempre estuvimos cerca del río, o como cuando íbamos a nuestro Parque Nacional (sí, el Cajas siempre será de quienes lo amamos con necedad) para andar hasta que no den los pies y a entender que el páramo es una bendición, un misterio y una fiesta.

También aprendimos a soplar con Ramtha y nos amanecíamos para hacer paseos en bici a cualquiera de los miradores de la ciudad…

Viajero, migrante

Ahora, dos décadas después el Tomás, viajero, migrante, después de haber vivido en la playa, en Chocarsí, en Yukutaisha –una comunidad Shuar-, en los valles alrededor de Quito, en el país Vasco y cerca de Santiago, en Chile, fue seleccionado para una exposición colectiva en Jingdezhen, la capital mundial de la cerámica, y  específicamente de la porcelana.

Y quiero detenerme en esto, porque es necesario reparar que expone cerámica en la ciudad que ha producido porcelana por más de 2000 años, ininterrumpidamente, ciudad que forma parte de las urbes creativas para la UNESCO y en donde, cuenta el amigo, los postes de luz son cerámicos.

Taoxichuan Art Avenue

“Mi obra no se preocupa tanto en la perfección de la técnica, sino en la expresión de las manos, en las cosas que salen”.

Dos mil años de perfeccionamiento de la técnica en cerámica la ubica como un centro del quehacer a nivel del mundo, desde que y a partir de las “dinastías Ming y Qing, que datan del 1350 al 1700, Jingdezhen fue considerada una de las ciudades chinas más importantes en temas comerciales e industriales.

Su porcelana de alta calidad fue producida particularmente para el uso de la casa imperial del gobierno y la exportación”, me cuenta el Tomi.

Este contexto permitió que, desde hace décadas, la ciudad exporte un proyecto conocido como Taoxichuan Art Avenue que propone a la cerámica como punto de encuentro mundial, de intercambios culturales que convoca a artistas de todo el globo para que creen y expongan sus obras en encuentros masivos.

La cerámica, como el fuego, siempre ha sido una forma de encuentro…

Este proyecto empezó con artistas de Asia y Europa y, en los últimos años, incluyó propuestas de América atrayendo a autores con la capacidad de crear piezas de gran formato porque, es importante anotarlo, en Taoxichuan se procuran creaciones no convencionales, que desafíen la creatividad y la recepción a través de obras grandes, tanto por sus tamaños cuanto por sus conceptos.

El Tomi vive en Chile, desde hace meses… se fue para un verano y ya son varios. Allá se dedica a la docencia y a la cerámica y fue allá a donde le llegó la invitación a participar de la residencia internacional abierta en el período del 2023, iniciando en octubre y extendiéndose hasta mayo del 2024.

A su llegada recuerdo lo que me contó: “hay un montón de ceramistas en la exposición, de un montón de países, y todos trajeron obras perfectas, con la técnica perfecta… y nadie vendió nada. Yo vendí todo lo que traje, ¡todo! Mi obra no se preocupa tanto en la perfección de la técnica, sino en la expresión de las manos, en las cosas que salen. Y acá les gustó eso”.

A mí me queda decir, sin ser experto ni mucho menos, que su obra sí es perfecta, y rizomática.

Manada

La obra “Manada” es una representación de distintas especies imaginarias.

Y claro, la venta de toda la obra le valió un montón de atención mediática, de entrevistas, de feliz ruido por el artista ecuatoriano que deslumbró con sus creaciones de animales fantásticos (sin técnica “perfecta”, con imaginación desbordada) que capturaron la atención de todos los amantes de la cerámica y el arte.

La primera invitación se extendió en tiempo y en ambición, ya que ante la respuesta de la gente los organizadores le pidieron a Tomás que se quedara unos meses más preparando una exposición de gran formato, labor en la que se encuentra precisamente ahora y que bautiza “Manada”.

Manada “dícese de un grupo de animales de una mina especie que están guiadas por un pastor. Mi Manada es de distintas especies, imaginarias, y voy de pastor con ellas”, dice Tomás.

Logros

Es importante, también, apuntar que durante este tiempo el ceramista cuencano ha participado en varias actividades como parte de este programa, tales como:  

  • Foro de artistas internacionales en el sexto congreso mundial de Celadón, en la ciudad de Longquan (octubre 2023).
  • Exhibición internacional de Cerámica Artística Ford Dreams, en la ciudad de Taoxichuan, Jingdezhen (octubre 2023).
  • Segunda exposición internacional de Cerámica Contemporánea de Shenzhen (diciembre 2023 –  marzo 2024). La exhibición final de su residencia se inauguró (con un lleno absoluto y críticas positivas de los asistentes) el 30 de abril de este año, y se mantendrá abierta hasta el 30 de mayo.
  • Y por último, fue seleccionado para la exposición «Concepto y vida cotidiana – Intercambio internacional de cerámica en el patrimonio cultural inmaterial de China» Age Innovation &  Contemporary International Ceramic Exhibition” comisariada por el Sr. Zhu Legeng  y patrocinado por la Academia Nacional de Artes y Oficios de China y el Museo Nacional de Artes y Oficios de China, de marzo a abril.

La cerámica ha sido un camino en la vida del amigo ceramista que ha encontrado, paso a paso y con el pulso tenaz del creador convencido una forma de expresar todo lo que un artista procura en un mundo que agranda con su imaginación, deslumbrando a quienes tenemos la suerte de conocer y admirar su obra que es poética, que es profunda, que es honesta y que desde esa frecuencia encuentra los senderos por dónde expandirse, como ahora, hasta el otro rincón del mundo, en donde la aplauden y abrazan.

Por: Juan Carlos Astudillo S.

Fotos: Yu Xing Pei, departamento de registro visual Estudios Internacionales.

Tomás Carpio expone en China

DZM

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social con experiencia en coberturas periodísticas, elaboración de suplementos y materiales comunicacionales impresos. Fue directora de diario La Tarde y es editora.

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