Un ciclista en nuestra ciudad ha venido de a poco ganándose espacios que otora no los había pensado, pues ahora se cuenta con ciclovías y demás lugares específicos en nuestras calles para el uso de quienes se movilizan en este tipo de transporte saludable. Sin embargo, existe una amplia cantidad de personas que requieren de otro tipo de condiciones a fin de poder utilizar a una bicicleta como un medio deportivo y de competencia; tan solo debemos observar todo el riesgo al que se exponen sus usuarios cuando utilizan un carril de la autopista Cuenca – Azogues, la subida al Cajas, o la ruta Cuenca – Tarqui y, de seguro nos daremos cuenta del enorme peligro que asumen para poder desarrollar sus potenciales.
En días pasados, la autopista Cuenca -Azogues se llenó de ciclistas quienes con todo su esmero recorrían el trayecto en sentido sur – norte, claro está, debían cruzar por redondeles en donde predomina la circulación de automotores, calzadas sucias producto de deslizamientos de rocas o tierra y sortear la velocidad que imprimen los vehículos en dicho trayecto, más, el ánimo de dejar su mejor esfuerzo se veía manifiesto al mantener obviado el riesgo asumido.
Es hora de que la ciudad piense que debemos impulsar este tipo de espacios y que no se incluyan únicamente a emplazamientos urbanos para los trazados de ciclovías. La tendencia mundial nos ha llevado a que mejoremos nuestra salud adoptando al deporte como un medio para conseguirlo y, las bicicletas a más de ser un excelente medio de transporte, son un perfecto implemento para mantener a una comunidad saludable y limpia. (O)
