Nuevamente ha cobrado fuerza la idea de que se estaría buscando, desde el Gobierno presidido por Daniel Noboa, la destitución de la Vicepresidenta Verónica Abad
Tradicionalmente en Ecuador prevaleció la creencia de que los Vicepresidentes eran una suerte de “conspiradores a sueldo” en contra de sus Presidentes; sin embargo, en este caso, parecería que la conspiración podrí ser al revés. Desde la campaña electoral, y luego en la gestión del Presidente Noboa, se evidenciarían acciones de éste para excluir del Gobierno a la Vicepresidenta.
Entre esas acciones estarían la no participación de Noboa junto con Abad en la campaña para la segunda vuelta, la no invitación a Abad para la posesión del Gabinete, el envío a Abad lejos del país al designarla como embajadora en Israel, la prohibición por parte de la Cancillería para que haga declaraciones públicas, a lo que habría que añadir el envío a su hijo a la cárcel “La Roca” por una investigación sobre el pedido de una supuesta coima para un cargo público; cuestión esta última que habría tenido el propósito de aumentar la presión sobre la Vicepresidenta para su renuncia.
Es verdad que durante la campaña electoral se exhibieron declaraciones polémicas de la hoy Vicepresidenta Abad; sin embargo, más que razones ideológicas (pues Noboa en su gestión demostraría que no está muy lejos de la ortodoxia neoliberal defendida por Abad) parecen ser más bien razones políticas personales las que llevarían a Noboa a renegar de la presencia de Abad en el Gobierno. En este sentido, por ejemplo, si Noboa ha dado muestras de una poca capacidad oratoria y de que busca rodearse de funcionarios incondicionales, la presencia de una Vicepresidenta con capacidad oratoria y liderazgo propio le resultaría perturbadora. Son diferencias que, en una Presidencia con un fuerte liderazgo democrático, podían haberse procesado mediante el diálogo y no mediante mecanismos de tinte autoritario que, incluso, pueden terminar atentando contra la voluntad democrática del pueblo expresada el 15 de octubre de 2023.
En este escenario, la demanda interpuesta por el miembro del CPCCS Esteban Guarderas ante el Tribunal Contencioso Electoral, para que sancionen a Abad por una supuesta infracción electoral, no resulta aislada. (O)