Habiendo dado a conocer la Fiscal General del Estado que se encuentra en un período de gestación, y como tal, solicita que se considere su caso a la Asamblea Nacional para que se respete su estado de gravidez y por ende no sea objeto de un juicio político que podría ser estresante y repercutir negativamente en la salud de la madre y de su nuevo ser, ¡ES EL COLMO! que aparezcan voces neófitas que buscan deslegitimar los derechos de una mujer embarazada.
Se dice a hurtadillas que la Fiscal subrepticiamente buscó embarazarse para desembarazarse de un posible juicio político en donde se le trata de destituir, también se dice que el Presidente de la Asamblea Nacional es aliada a la Fiscal por ello de inmediato dio tramite al pedido, pero lo que más llama la atención es que aparecen personajes que se aprovechan de esta coyuntura tratando de imponer sus criterios en función de eliminar a la Fiscal del escenario político nacional.
Es así, como un invitado al programa “Hora 25” de “Teleamazonas”, manifiesta que: “ella debe pedir licencia para que la Fiscalía asuma el Fiscal Subrogante”, en otras palabras, que: si tanto se queja de potenciales peligros que se vaya a la casa y repose. ¡ES EL COLMO! que un abogado funja de médico y quiera mandar a la casa a una embarazada para no se complique su enfermedad, neófito que ni siquiera sabe que el embarazo no es enfermedad. Creemos que es un abogado afectado posiblemente por las acciones de Diana Salazar, ser humano que se hizo valer como mujer, abogada, fiscal y autoridad nacional para defender al país de la impunidad, la corrupción, el narcotráfico y más males que se vienen dando desde gobiernos anteriores.
¡ES EL COLMO! que aparezcan en espacios públicos personajes “todólogos” que hablan de leyes, de salud, pero con dudosos objetivos, quien sabe que mensajeros de otros del más allá o campaneros que reciben ordenes de pecadores. Lo cierto es que la Constitución reza que: “una embazada debe recibir atención médica adecuada, expresar sus dudas, necesidades y expectativas del embarazo, parto o cesárea. Ser respetada en su intimidad, con confidencialidad y privacidad”. (O)