Refrán es una expresión popular, sentenciosa y aguda de hechos ciertos y valiosos, aplicable a la vida usual de los seres humanos. Es una paremia o apoyo de uso popular, usualmente cargado de didáctica, moral y hasta filosófica lección y nos dejan enseñanzas pragmáticas. Así en estos días de tanta turbulencia, es bueno recordar lo citado por Mahatma Gandhi: “no hay caminos para la paz; la paz es el camino”.
Aprendimos de los discursos de campaña, tantas maravillas que nos convencieron que la entrada al infierno está empedrada de buenas intenciones, viene bien lo manifestado por Winston Churchill: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”.
Qué difícil determinar sí hay civismo o intereses de índole particular en quienes practican la Política, considerada como el arte de disfrazar de interés general el interés particular. Por lo cual Abraham Lincoln, citó: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Luego de tanta barbaridad en el manejo de la cosa pública, del lleve bajo la nominación de coimas, del engaño masivo y de prácticamente dar por aceptado el porcentaje, sabemos que casi todo está condicionado a un muy común defecto, antijurídico acto, hecho inmoral, pero más popular que el agua en el océano, cuyo nombre es corrupción. Somos testigos de una muy frecuente cadena de escándalos que muestran el por qué no podemos desarrollar a este rico País por senderos de progreso y bienestar colectivo frente a un contexto de diaria violencia, instituciones débiles y permeadas por el crimen organizado, justicia cooptada, etc. llega a tanto la corrupción que afecta la credibilidad de los gobiernos, gesta desprestigio de la clase política y distancia el cambio a mejores días para la sociedad en pleno. Entonces se cumple esta sencilla expresión: del dicho al hecho, hay un gran trecho. (O)
