La cultura jurídica                                                              

Hugo Darquea López

En la visión del mundo que tenemos desde las realidades sociales, frente a la anticultura de la guerra, terrorismo, delincuencia y corrupción, debemos construir la cultura creativa de formas depuradas de organización social.  Cabe que nos adentremos en el tiempo y que nos ubiquemos en la complejidad diversa de la condición humana.

Lo señalado debe ser la forma objetiva de ver al mundo, estremecido por los conflictos territoriales, el delito y la insuficiencia de las normas y de los organismos internacionales para preservar la vida.

Pero más allá del pesimismo está la luz de la fe en nosotros mismo.

 En lo real de las experiencias y contingencias y siendo parte de un grupo esencial, como la familia, tenemos que preservar a ese nuestro mundo peculiar, cedula fundamental de la comunidad social y que es lo primero a salvaguardar si pretendemos la realización integral de la comunidad humana.

La violencia solamente produce destrucción y muerte.

 Avatar del mundo en conflicto permanente.

  La cultura, en especial la cultura jurídica, es un proceso creativo de respuestas a las necesidades vitales y que emerge por la lógica de la razón crítica hacia la perfección de los modos de vida social, siendo los valores naturales de solidaridad, justicia y libertad los componentes esenciales de la dignidad humana.

Punto capital para entender que la cultura jurídica debe centrase en tales valores para avanzar en el proceso permanente de llegar a una síntesis ética de armonía y paz.

En esta perspectiva la seguridad jurídica por el imperio de la ley es la garantía de realizarnos en el modo de vida humanista, al que debemos aproximarnos cada día en cada momento estelar de la cultura y cuando preciso es decirlo el Ecuador se encuentre con su sentido existencial de vivir en el estado democrático de derecho superando la miseria de la corrupción institucional que le aqueja. (O)