Coincidimos de manera generalizada, si debemos escoger a una institución pública que se haga merecedora de la etiqueta de menos eficiente, más corrompida y de un amplio desprestigio, hablaríamos de la tristemente célebre Comisión de Tránsito del Ecuador – CTE. Nos hemos cansado de escuchar testimonios, observar videos y también de haber vivido en primera línea todos los inventos o alegatos superfluos de unos tipos vestidos con colores blanco – verde – negro que indican ser servidores públicos y observadores de la seguridad vial sin embargo, en un amplio número no son otra cosa más que delincuentes oficializados con el título de “autoridad de tránsito estatal” quienes se aprovechan de las condiciones de un conductor y pretenden sacar partido de ello.
Hemos visto como autoridades, comunidades enteras, gremios de transportistas y el ciudadano en general, han elevado reclamos en redes sociales y/o medios de comunicación, clamando por una solución inmediata y definitiva a estas prácticas detestables que no hacen otra cosa más que desdeñar a quienes, sea por turismo o por trabajo, debemos utilizar forzosamente ciertas vías que penosamente ya son identificables como de “terror”.
Si no enfrentamos a una “autoridad” corrupta, o no pasamos por las garras de los ladrones de carretera, debemos agradecer el haber ocupado una vía con mucha suerte, claro está, si es que no fuimos captados por algún radar de estos que dejan multimillonarios a los propietarios de las empresas adjudicadas. Sea cual fuere la condición, lo que debemos buscar es encontrarnos en el momento correcto, en el lugar correcto. (O)