Las pugnas del Gobierno

Marco Salamea Córdova

En los últimos días el Gobierno parece empeñado en abrirse frentes de confrontación con diversos actores políticos y sociales.

Un primer frente es aquel que enfrenta al Gobierno con la Vicepresidenta Abad. A pesar de que faltan 8 meses para las elecciones, el Gobierno parece obsesionado con la idea de impedir, de cualquier forma, que la Vicepresidenta asuma temporalmente la Presidencia, según manda la Constitución, cuando el Presidente Noboa participe en la campaña electoral para una nueva elección.

Un segundo frente es el que acaba a abrirse con la Asamblea Nacional, particularmente a raíz ciertas declaraciones del Viceministro de Gobierno, un asambleista del PSC, en el sentido de que en la Asamblea se buscaría bloquear al Gobierno, o enjuiciar políticamente a Noboa; una situación sin fundamento y que estaría motivada en el disgusto que ocasionaría al Gobierno la conformación de una  nueva mayoría en la Asamblea; algo que no debería causar preocupación y que es propio del juego político democrático; pues una mayoría parlamentaria no puede ser buena si apoya al Gobierno, y mala cuando aprueba algo que no le gusta a éste.

Otro frente de pugna se acaba también de abrir recientemente, con los Gobiernos provinciales, municipales y parroquiales (pomposamente llamados en la Constitución como GAD,) al vetar totalmente una Ley aprobada por la Asamblea y que permitía una transferencia oportuna, y por tanto sin dilaciones, de las asignaciones económicas del Gobierno central a esos Gobiernos locales; un veto que afectará no a las autoridades de estos Gobiernos, sino alas población que reclama obras en los diversos territorios del país.

Esas pugnas, a las que se sumarían aquellas con los grupos ambientalistas por los temas de Olón y Palo quemado, amén de las que podrían venir con otros actores sociales por el anunciando incremento en el precio de las gasolinas, resultarían innecesarias si es que desde el ejercicio del poder gubernamental hubiera el suficiente talante democrático para procesar los conflictos mediante el diálogo y lo acuerdos. Lamentablemente, parece ser que el Gobierno está obnubilado por el gran apoyo que todavía mantiene el Presidente Noboa y eso le está haciendo actuar con una dosis de intolerancia y arrogancia. (O)