Las negociaciones retomadas luego de un año, para firmar los nuevos contratos con las operadoras de celular Claro, Movistar y Tuenti deben contemplar dos condiciones imposibles de soslayar: lograr una mejora del servicio existente para que se termine la queja diaria de los usuarios, y la ampliación de la cobertura de la señal, no solamente en áreas remotas o rurales como se pretende, sino también en las propias zonas urbanas de muchas ciudades del país, en las cuales el servicio es pésimo.
En la ruta Paute-El Descanso en la provincia del Azuay, con una distancia de 30 km aproximadamente, por ejemplo, la señal de las operadoras se pierde en 20 km al menos. Imagínense ustedes una emergencia, un atentado, o una necesidad familiar por satisfacer, simplemente conductores o caminantes, estamos desamparados.
La gran crisis de la inseguridad es la falta de comunicación en zonas rojas, como el paso transversal de Quevedo, semejante a entrar en el “Triángulo de las Bermudas”, porque en esa área no solamente se pierde la transmisión del celular, sino también los vehículos y las personas. Y así en otros lugares la situación es igual. El dato específico de la cobertura de las operadoras es un misterio; especialistas afirman que no más del 60% del territorio ecuatoriano tiene un servicio regular y 40 % restante, uno precario o inexistente.
En juego estaría la firma de un contrato de 1300 millones dólares. De fuentes oficiales conocemos que en “los estados financieros recientemente publicados por la Superintendencia de Compañías, Conecel S.A. (Claro) obtuvo en el 2023 $ 1.036 millones de ingresos y $160 millones de utilidades netas; mientras que Otecel (Movistar y Tuenti) registró ingresos por $ 552 millones y beneficios por $ 27 millones.
Ahora o nunca, el Estado ecuatoriano debe asegurar que el servicio de los celulares sea óptimo para los próximos 12 años como se pretende negociar. En los últimos 20 años las modalidades de comunicación han variado. Como comenta José Otero un especialista en telecomunicaciones 5G, “antes las operadoras móviles tenían más ingresos por las llamadas telefónicas, mensajes de texto y el uso de aplicaciones que ofrecía el mismo proveedor de servicio móvil; hoy, en cambio, la demanda está en tener más datos para usar plataformas de terceros (Telegram, WhatsApp, etc.)”
A pesar de la caída global de un 30 % en el precio del espectro radioeléctrico, no se trata de firmar contratos con los operadores a la baja, sino consensuar la necesidad del enfoque hacia la inversión en infraestructura, y la utilización de instalaciones conjuntas o compartidas de las operadoras, para evitar duplicación de costos (roaming nacional). Los diálogos se retomaron a partir del 6 de junio; el ciudadano común espera un combo satisfactorio: tener una buena señal, más datos, no quedarse hablando solo, y que dejen de llamar las operadoras durante todo el día para promocionar planes. (O)