Puedo decir que, en 62 años de vida, he tenido la oportunidad de tomar decisiones que al final del día me han dejado aprendizajes grandes y me han permitido reflexionar seriamente sobre la responsabilidad al momento de hacer lo correcto.
Nublados por la ignorancia del ego, o la ambición por el poder; a veces, creamos una retórica que se justifica y nos convence como de acertadas ciertas acciones que “sea lo que sea” las ejecutamos sin ver más allá.
” El fin justifica los medios”, es una frase que defiende la idea de cuando una causa es personalmente importante, amerita utilizar cualquier medio para lograr ese objetivo. Al estilo de Nicolas Maquiavelo, en su libro “El Príncipe” que sin decir la frase textualmente lo fundamenta como un principio para garantizar el uso político del poder; incluso, poniendo en un segundo plano lo moral y lo ético.
Napoleón Bonaparte; también inspirado en este concepto, lo dijo abiertamente: “triunfad siempre, no importa cómo y siempre tendrás razón”.
Pero, estas filosofías son del pasado siglo XIV y creería que hoy en el siglo XXI ya hemos aprendido lo suficiente como para superar estos dogmas, con nuevas formas más equitativas para dirigir.
Tanto los medios como el fin, deben ser observados desde un nivel alto de la conciencia; por cuanto, no se pude aceptar que se dañen o violenten los derechos y la integridad de las personas, solo para justificar subjetivamente un fin político, económico, ecológico o social.
Por ello, es importante fortalecer nuestra conciencia electoral para exigir a los gobernantes más claridad en sus propuestas y objetivos de gobernanza.
Tenemos que informarnos bien antes de elegir, porque es nuestra responsabilidad el no permitir, ni tolerar más engaños y manipulaciones. (O)