La frase tan coloquial no deja de arrancar sonrisas. Es que el humor siempre será el mejor antídoto ante la frustración generalizada por el escenario que se aproxima: un nuevo proceso electoral. El Ecuador sigue siendo el paraíso de los consultores políticos porque cada dos años, bajo los mismos discursos, los mismos rostros, aunque con diferentes camisetas, se muestran los políticos en enormes papeletas para conseguir el voto de un electorado cada vez más decepcionado.
Las noticias recientes tampoco favorecen al ánimo electoral. Escuchar los nuevos nombres del bloque parlamentario del Partido Social Cristiano no habla sobre los valores democráticos, al contrario, refuerzan la fragilidad ideológica y la prevalencia del interés electoral e individual por encima de la agenda colectiva. Las asambleístas que estrenan camiseta, entre ellas la azuaya Sofía Sánchez, se olvidan que llegaron por el voto en plancha y producto del arrastre de una candidatura presidencial que no coincide con la tienda política que ahora las acoge.
La agenda electoral presidencial tampoco se muestra alentadora. Los anuncios de sujetos, auto proclamados candidatos, sin partidos políticos que los auspicien, siguen siendo parte de la decepcionante coyuntura nacional. En estos días, dos nuevos casos se hicieron públicos, Andrea González Nader y Víctor Arauz. Mientras que el Partido Social Cristiano, en su convención de este fin de semana, anunció las intenciones de participar sin proclamar todavía un nombre como presidenciable. Por su parte, Pachakutik insiste con Leonidas Iza para la papeleta.
Mientras el escenario para el futuro pinta en grises y oscuros, la ciudadanía todavía se está enfrentando a una realidad que nada tiene que ver con el discurso electoral de hace tan solo unos meses atrás se le prometía. Que no se subiría impuestos, que se reduciría el valor de la electricidad y que se aumentaría el valor de la pensión del jubilado del IESS. Estas promesas, que llevaron a Daniel Noboa a encontrar la victoria en octubre pasado, son parte de un decepcionante recuerdo, porque la realidad es todo lo contrario. Por ello, no sorprende que las noticias que escuchamos nos llamen a exclamar con frustración ¡ya vuelta elecciones! (O)
@avilanieto